Los últimos meses nos han mostrado el panorama de incertidumbre que se presenta para la industria del automóvil y, sobre todo, los importantes retos que afrontan las marcas tradicionales, ejemplificados en uno de los gigantes de la industria, en Toyota.
En apenas un año vimos cómo Toyota, inicialmente, desvelaba una ofensiva de vehículos eléctricos de primer nivel, anunciando el lanzamiento de 30 eléctricos de aquí a 2030. Más tarde, trascendía que Toyota había decidido reflexionar al respecto de su transición hacia el vehículo 100% eléctrico. Por el camino, íbamos conociendo algunas de las reflexiones que habían surgido en el fabricante japonés con respecto a los acontecimientos que se están produciendo en la industria y, sobre todo, la evolución y los éxitos cosechados por marcas como Tesla.
Toyota bZ4X
La reacción de Toyota ha sido inmediata. A comienzos de año, Koji Sato cogía el relevo de Akio Toyoda y se erigía en el máximo responsable de Toyota.
Toyota desvelaba estos días un plan de vehículos completamente eléctricos que, además de incorporar numerosos lanzamientos en los próximos años, y una previsión de ventas ambiciosa, se centraba bastante más en cómo llevarán a cabo este proyecto siguiendo dos líneas: una evolución de la estrategia de eléctricos presentada en 2021 y un nuevo paradigma en el desarrollo y la construcción de eléctricos.
Toyota y su plan anti-Tesla
Koji Sato, CEO de Toyota Motor Corporation, advertía que la industria se encuentra en una «situación de vida o muerte» (Automotive News). La compañía japonesa espera lanzar 10 nuevos eléctricos, de las marcas Toyota y Lexus, en los próximos tres años, y alcanzar 1,5 millones de ventas de eléctricos anuales en 2026.
Os decíamos que el cómo es más importante que el qué. Y no solo deberíamos prestar atención a esos 10 lanzamientos, sino también a que los eléctricos que Toyota y Lexus lanzarán en los próximos años seguirán dos estrategias bien diferenciadas:
- Siguiendo los pasos del plan que llevan perfilando desde hace años, algunos de estos eléctricos se construirán sobre una evolución de la plataforma e-TNGA. Se trata de una arquitectura desarrollada para un amplio espectro de eléctricos, que ya está presente en el Toyota bZ4X que acaba de llegar a los concesionarios. Una plataforma que, en cualquier caso, sigue estando concebida bajo los paradigmas que la industria ha empleado para hacer coches con motores de combustión interna en las últimas décadas.
- Algunos de sus lanzamientos eléctricos para los próximos años emplearán una nueva plataforma que, ahora sí, habría sido diseñada partiendo de una «hoja en blanco». Una plataforma con la que Toyota construirá eléctricos en líneas específicas para ellos y con una metodología de ensamblado de automóviles completamente nueva para conseguir varios objetivos, siendo los más destacados un contenimiento de costes para ser competitivos y un ahorro de peso y una simplificación que, en última instancia, redunden en una mayor autonomía. Según evolucione la demanda, Toyota podría disponer incluso de fábricas específicas para vehículos eléctricos.
El empleo de una nueva arquitectura diseñada por y para eléctricos, partiendo de una «hoja en blanco», pretende romper con algunas de las limitaciones que ha impuesto hasta ahora el hecho de desarrollar arquitecturas para eléctricos que se basan en los paradigmas que regían en la construcción de vehículos con motor de combustión interna, adaptando estas plataformas a las necesidades del eléctrico.
Una arquitectura específica permitiría, por ejemplo:
- Ahorrar espacio optimizando la localización de los componentes requeridos por un coche eléctrico. Pensemos que, hasta ahora, muchos coches eléctricos se diseñaban pensando en una plataforma que requería, entre otras cosas, de un enorme motor de combustión interna en el frontal, simplemente adaptándola para encontrar un hueco en ella para el pack de baterías, los motores eléctricos, el sistema de carga, inversores…
- Ahorrar costes de producción y desarrollo, y peso, concibiendo a la propia batería como un elemento estructural del vehículo.
- Emplear grandes módulos de fundición en la estructura, con soluciones que no podrían aplicarse en plataformas destinadas a vehículos con motor de combustión interna, en plataformas híbridas – para vehículos con motor de combustión interna y vehículos eléctricos – o en plataformas para eléctricos inspiradas en las dos anteriores.
- Integrar diferentes sistemas eléctricos en un conjunto compacto.
- Desarrollos más centrados en el software y, por supuesto, en un software específico para las necesidades de un eléctrico, centrado en un mejor rendimiento energético y térmico.
El plan de Toyota, sin duda, es prometedor. No podemos menospreciar que, en tan solo unos meses, Toyota haya conseguido revisar su estrategia de eléctricos planificando cambios que, sin duda, son realmente profundos. Pero tampoco podemos desviar la atención de la realidad de los datos. Toyota espera vender 1,5 millones de vehículos eléctricos anuales en 2026.
Para entonces, es muy probable que sean varios los fabricantes que estén en esos volúmenes o que incluso ya se hayan situado en varios millones de vehículos eléctricos vendidos al año. Tesla ya está en esas cifras, habiendo entregado 1,3 millones de eléctricos en 2022. BYD es otro de los grandes rivales a batir, iniciando su expansión en Europa, y habiendo cerrado 2022 con 1,86 millones de enchufables (incluyen coches completamente eléctricos e híbridos enchufables).