Nunca pensé que llegaría a hacer esta afirmación, pero la realidad es que echo de menos a los monovolúmenes de verdad. A día de hoy, es un segmento que los grandes SUV han prácticamente destrozado. Se han llevado por delante un tipo de vehículo eminentemente práctico, la mejor solución de transporte para grandes familias y su equipaje. A día de hoy, solo los Ford Galaxy y SsangYong Rodius se mantienen como verdaderos monovolúmenes de siete plazas, con furgonetas de pasajeros como única alternativa real. Es por ello que tengo envidia de coches como el Toyota Sienna 2020.
El Sienna es el gran monovolumen de Toyota, diseñado y producido con el mercado estadounidense en mente. Aunque al otro lado del charco también están obsesionados con los todocaminos, aún existe un gran mercado para coches como las berlinas o los monovolúmenes. El Sienna es un coche completamente nuevo, construido sobre la plataforma TNGA-K, que comparte con máquinas como el Toyota Camry. La gran novedad es que su mecánica será exclusivamente híbrida, con una potencia combinada de 244 CV de potencia y tracción total inteligente.
Esta mecánica combina un motor de 2,5 litros y 186 CV con dos motores eléctricos, uno de los cuales mueve exclusivamente el eje trasero – sin estar conectado con el resto del grupo motopropulsor. Gracias a ello, cuenta con un extra de motricidad en zonas complicadas o situaciones de baja adherencia. Su consumo medio según el ciclo EPA se estima en 7,1 l/100 km según Toyota, una cifra excelente para un vehículo tan grande, pesado y con una enorme superficie frontal. Su consumo real será muy fiel a la homologación, o incluso algo inferior.
El diseño del Toyota Sienna está muy logrado. Es musculoso, agresivo y se siente rabiosamente moderno. Sus diseñadores se han inspirado en el shinkansen japonés – el tren bala, para entendernos – para moldear sus pasos de rueda y perfil lateral. Personalmente me gustan mucho sus ópticas traseras y la calandra tipo «nido de abeja» de las versiones XSE, demostrando que el diseño de un coche eminentemente práctico no tiene por qué ser aburrido. Lo mismo ocurre en el interior, de aparente buena calidad y con un buen empaque visual.
La consola central ha sido elevada con respecto a la anterior generación del Sienna. Sigue habiendo un gran espacio bajo la consola, pero ya no está abierto. Dos detalles prácticos que nos llaman mucho la atención es que incluye una nevera y una aspiradora, integradas en el propio interior. La aspiradora será muy valorada por todos aquellos con niños/perros a bordo. Sus siete plazas son totalmente configurables, y las dos plazas centrales pueden incluso reclinarse, como si fueran un sillón otomano. No hay aún datos de volumen de carga o espacio interior.
Si Toyota se ha animado a vender en Europa el nuevo Highlander, ¿sería mucho pedir que trajesen al Viejo Continente los Sienna?