La investigación que debería esclarecer las causas por las que un coche autónomo de Uber atropelló a un peatón en Arizona sigue su curso. Los primeros indicios, los primeros datos oficiales sobre el accidente, que os presentábamos ayer, presagian que la conclusión exculpe al coche autónomo. Ahora bien, ¿será suficiente con eso para evitar que los temores de muchos se acrecienten? ¿Cómo afectará el trágico suceso al avance del coche autónomo? Toyota, de momento, ha decidido suspender sus pruebas de coches autónomos en Estados Unidos, como hiciera Uber, la compañía que se vio involucrada en el primer accidente mortal de la historia en el que se haya visto involucrado un coche autónomo. En cualquier caso, Toyota apela a la prudencia, y su decisión, además de temporal, la justifican como un ejercicio de responsabilidad.
Toyota y sus pruebas de coches autónomos en Estados Unidos
Dice Toyota que en un ejercicio de responsabilidad, para con sus probadores, prefieren detener temporalmente las pruebas de coches autónomos en Estados Unidos y esperar a que se esclarezca lo sucedido. Aún suponiendo que se confirmase que el desgraciado atropello se produjera después de que la mujer fallecida hubiera cruzado la carretera por un lugar no habilitado a tal efecto, muchos interrogantes siguen en el aire. ¿Se podía haber evitado el accidente? ¿Hubo tiempo para que un conductor humano hubiera reaccionado?
Toyota asegura que la decisión también se ha tomado por «el efecto emocional» que pudiera tener el suceso en los conductores que están llevando a cabo el desarrollo y pruebas de sus coches autónomos. Ver noticia en Automotive News.
¿Qué puede suponer el accidente para el desarrollo de los coches autónomos?
La pregunta que todos nos hacemos en este momento es qué consecuencias puede tener el accidente en el desarrollo de los coches autónomos. Huelga decir que, tras este suceso, todos los fabricantes tomarán nota y estarán muy atentos a las conclusiones que se extraigan de la investigación. Es probable que muchos revisen sus protocolos de pruebas y que, incluso, lleguen a replantearse las pruebas en carreteras públicas. Aún es pronto para determinar si este accidente puede retrasar el desarrollo y la implantación de los coches autónomos, una posibilidad que ya habíamos valorado hace años, hablando de las consecuencias que podía tener un accidente como este.
Toyota, en cualquier caso, es una de las marcas que mayor convencimiento ha mostrado en la necesidad de desarrollar coches autónomos, no solo por lo disruptor que puede resultar en el sector, y en nuestros hábitos, sino también por la cantidad de vidas que podrían salvarse.
Sin ir más lejos, el mejor ejemplo lo tenemos en la historia personal de Gil Pratt, el responsable del Toyota Research Institute de Silicon Valley en el que están desarrollando sus coches autónomos. Pratt fue testigo de cómo su mejor amigo fallecía atropellado por un coche y su objetivo en Toyota, tras haber trabajado en las secciones de robótica del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, es avanzar en el desarrollo de coches que, gracias a la automatización, salven miles de vidas.
