Poco preocupa más al conductor que se compra un coche nuevo que el riesgo de sufrir averías graves y costosas, que lleven su coche con frecuencia al taller, desemboquen en facturas elevadas y conviertan la experiencia de propiedad de un automóvil en algo desagradable. En ocasiones, y por desgracia hay muchos casos en los últimos años que lo han demostrado, cualquier defecto de diseño o fabricación puede generar problemas importantes. Y es ahí donde la actuación del fabricante puede marcar la diferencia.
Un defecto que puede provocar un fallo catastrófico del motor
- Toyota es uno de los fabricantes que se ha labrado una mejor fama, probablemente justificada, por la fiabilidad y durabilidad de sus motores y sus coches
- El problema: En Estados Unidos se descubrió un defecto en la producción que puede desencadenar un fallo catastrófico del motor
- La solución: Toyota decidió resolverlo sin rodeos, anunciando la sustitución de 102.292 motores
La reputación de Toyota
Toyota, una marca que se ha labrado una gran reputación. Cuando a menudo hablamos de Toyota como una de las marcas más fiables lo hacemos apoyándonos, primero, en estadísticas y encuestas que valoran este aspecto, y en las que siempre suele ocupar las primeras posiciones. Es cierto que este tipo de estudios de fiabilidad pueden estar sujetos a distorsiones, que hagan que no reflejen del todo la realidad.
Rankings de fiabilidad | Toyota | Lexus |
---|---|---|
Informe 2024 OCU | 4 | 1 |
Consumer Reports | 2 | 1 |
JD Power VDS USA | 2 | 1 |
Pero en segundo lugar nos encontramos con argumentos suficientes para comprender por qué Toyota, desde el punto de vista objetivo, debería gozar de esa fiabilidad. Partiendo del hecho de que, centrándose en una tecnología – sí es cierto que con cierta complejidad – como la híbrida, ha podido salvar muchos de los problemas que han afectado a otros fabricantes trabajando con diésel y gasolina turbo modernos, y la necesidad de sistemas anticontaminación y soluciones más complejas, y propensas a fallos, como los basados en AdBlue, correas bañadas en aceite, y otras tecnologías que han propiciado problemas para otras marcas que, con sus híbridos, Toyota ha evitado.
Cómo generar confianza al comprador
Toyota también ha marcado el camino a seguir por otros muchos fabricantes. Si hubiera alguna duda con respecto a la fiabilidad de sus híbridos, para el cliente deja de ser una preocupación en el momento que la marca te ofrece hasta 15 años de garantía o 250.000 kilómetros – mediante extensiones de garantía anuales y gratuitas – con la única condición de que realices los mantenimientos periódicos en el servicio oficial.
Garantía | Años | Kilómetros |
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Toyota Relax | 15 años | 250.000 km |
Citroën Tranquilidad | 10 años | 200.000 km |
Dacia Zen | 7 años | 150.000 km |
Pero la historia que hoy nos ocupa nos demuestra que, hasta en las mejores familias, se producen errores de diseño o de producción, averías importantes y en grandes volúmenes que pueden desembocar en el fallo catastrófico de un motor. Y es ahí donde la actuación para resolverlo del fabricante marca la diferencia.
Definitivamente, cambiar el motor por uno nuevo no suele ser la solución habitual, por desgracia, en este tipo de casos. Pero Toyota es precisamente lo que decidió en este caso, cambiar el motor de más de 100.000 vehículos.
Virutas metálicas en el interior de un motor
La acumulación de residuos en el interior del motor puede ser fatal para la mecánica. Como mínimo, puede provocar que el funcionamiento del motor sea brusco, y generar un desgaste acelerado que, en última instancia, se traduzca en un fallo catastrófico del motor y este no sea recuperable. Al analizar lo sucedido, Toyota reconoció que los motores afectados podrían no volver a arrancar, o incluso perder la potencia en marcha, a altas velocidades, lo que implicaría que podría entrañar también el riesgo de sufrir un accidente (ver llamada a revisión).
Modelos afectados | Motor |
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Toyota Tundra MY 2022 | V6 V35A |
Toyota Tundra MY 2023 | V6 V35A |
Lexus LX | V6 V35A |
En ese mismo análisis de lo sucedido, Toyota concluyó que la acumulación de residuos en los motores afectados se debía a un problema en la producción de sus motores V6 de 3.4 litros V35A, empleados por los Toyota Tundra de los MY 2022 y 2023 y Lexus LX, dos modelos que no se comercializan en Europa. Un defecto en el proceso de mecanización del bloque del motor o los cilindros que generaba estos residuos, virutas metálicas, o que no se limpiasen correctamente, y habría afectado a estos dos modelos comercializados en Estados Unidos y a dos fábricas de motores, una en Japón, otra en Alabama.
La contaminación del aceite del motor con estas virutas, circulando por todo el motor, pueden desembocar en daños catastróficos. Se habrían identificado más de 1.000 motores que quedaron destrozados por esta razón.
La solución: sustituir por completo más de 100.000 motores
En mayo de 2024, Toyota anunciaba que llamaría a revisión a los propietarios de 102.296 vehículos de Toyota y Lexus para resolver el problema. Definitivamente, Toyota podría haber optado por un proceso de desmontaje del motor, drenaje de líquidos, limpieza y revisión, para volver a montarlo. Pero Toyota decidió que la resolución implicaría sustituir, por completo, el motor, por supuesto sin ningún coste para el cliente. Hablamos de una operación de importancia, en tiempo y en costes, de mano de obra y componentes. Y un proceso complejo que a nivel logístico también implica preparar toda la red.
El coste para Toyota de esta llamada a revisión se sitúa entre los 300 y los 500 millones de dólares. Aunque Toyota no ha revelado el coste exacto de cada motor, de ello podemos inferior que el coste medio, en euros, por vehículo, estaría en algún lugar entre los 2.700 y los 4.600 euros.
La sustitución de cada motor requiere entre 13 y 21 horas de trabajo. Y recordemos que Toyota ha de sustituir alrededor de 102.000 motores. Definitivamente esta no es una tarea que se pueda improvisar y de la perfecta planificación y sincronización de todos los actores depende que el desenlace sea satisfactorio.
Una operación compleja y costosa
Según Kent Rice, Vicepresidente del Departamento de Calidad de Toyota Norteamérica, «dedicamos mucho tiempo en diferentes ensayos internos en nuestras propias instalaciones, además de utilizar un par de distribuidores específicos cerca de nosotros, para recabar sus comentarios sobre algunas ideas» (Automotive News).
Imaginemos todo lo que implica esta llamada a revisión, una vez se inicien las tareas de taller, el próximo mes de diciembre. Hablamos de tener preparados todos los servicios oficiales para llevar a cabo la sustitución del motor, lo que no solo implica disponer del personal y los repuestos pertinentes, sino también de reservar los espacios de trabajo, sin perjudicar otras tareas de mantenimiento y reparación que han de requerir sus clientes.
Por otro lado, disponer de vehículos de sustitución para los propietarios de vehículos afectados. Vehículos de sustitución que, por otro lado, tienen que ser adecuados para el cliente de un Toyota Tundra que, en la mayoría de los casos, empleará su pick-up en sus tareas profesionales. Un cliente cuyas necesidades nada tienen que ver, por ejemplo, con las del propietario de un Toyota Corolla.
Sustituir por completo el motor y simplificar el procedimiento
Su mayor prioridad, decía Kent Rice, «ha sido tratar de reducir la complejidad para nuestros técnicos».
Lo esperado en un caso de remplazo de motor defectuoso, como este, hubiera sido extraer y sustituir únicamente el bloque del motor, pero en este caso Toyota ha optado por remplazar prácticamente todo el conjunto del motor, incluidos turbos, poleas, y tensores, con el fin de ahorrar tiempo.
Durante la planificación del proceso, Toyota habría diseñado también una estrategia para reemplazar el motor accediendo a él por el capó, sin necesidad de desmontar la parrilla, o los soportes del radiador, lo cual requeriría de un sistema de izado específico, que Toyota ha proporcionado a todos sus talleres. Pensemos que, por sacar algo positivo de este caso, Toyota no solo lo habría aprovechado para mejorar sus procedimientos de taller, sino también para instruir a nuevos técnicos.
Una vez extraídos los motores potencialmente afectados, el mismo paquete en el que ha llegado un motor nuevo se utiliza para enviar de vuelta el motor afectado a Toyota, que no ha revelado que hará después con estos bloques, que podrían ser reconstruidos, desmantelados y reciclados sus materiales, o donados a escuelas o empleados para la formación de técnicos.
Mientras tanto, los talleres de la marca en Estados Unidos se preparan para iniciar las labores de sustitución de motores, que comenzarán a finales de noviembre o principios de diciembre. Según algunos talleres, no esperan que el proceso sea dramático, salvo que todos sus clientes acudan a la vez al taller para cumplir la llamada a revisión. De hecho, ya apuntan que algunos de sus clientes, que no habrían experimentado ningún problema con el motor de su coche, no acudirán a la llamada a revisión. Recordemos que muchos motores que serán sustituidos simplemente son potencialmente afectados, lo que no quiere decir que sufran el problema identificado y por lo tanto el riesgo de fallo catastrófico.