Con las temidas Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) en plena expansión y con la llegada de normas anticontaminación cada vez más estrictas, lo cierto es que millones de conductores están viendo como sus coches, con una edad media en nuestro país cada vez más alta, están cada vez más cerca de ser «víctimas» de las restricciones de circulación. Para ello, eso sí, aún quedan ciertos recursos más allá de la compra de un coche nuevo. Uno de esos recursos es una transformación que, por un coste medio de unos 2.000 euros, puede «devolver a la vida» un coche ya condenado en las grandes ciudades.
Cada vez son más los coches «víctimas» de las restricciones
La edad media del parque automovilístico español es una de las más altas del entorno europeo, rondando ya los 14 años. Se trata de una cifra muy elevada, y haciendo un cálculo rápido, supone remontarse (en nuestra imaginación) a 2010, cuando los vehículos híbridos eran todavía la excepción, apenas existían alternativas híbridas enchufables, los coches eléctricos eran una ínfima minoría en las carreteras y los vehículos con motor diésel aún no hacían uso en la mayoría de casos de sistemas adicionales anticontaminación como Adblue o filtro antipartículas.
De hecho, a un vehículo diésel matriculado en 2010 le corresponde a la etiqueta B de la DGT, el distintivo físico menos «beneficioso» en términos administrativos, sólo por detrás de los vehículos sin distintivo ambiental, catalogados en la mayoría de ocasiones como «distintivo A». Los coches sin etiqueta ya están empezando a sufrir las restricciones en muchos núcleos, y los siguientes van a ser los catalogados con la etiqueta B que, recordemos, son aquellos que han sido homologados bajo normativa Euro 3 en el caso de los gasolina y bajo normativa Euro 4 o Euro 5 en el caso de los motores diésel.
La transformación que puede darle una segunda vida a tu coche
A día de hoy tanto la etiqueta ECO como la etiqueta CERO se han convertido en «objetos de deseo» y en un argumento comercial de peso a la hora de vender un coche. Ya no por sus ventajas administrativas (que también) sino por su «inmunidad» en cuanto a restricciones de circulación, al menos a medio plazo. Muchos conductores «suspiran» por un coche con etiqueta ECO, desconociendo que una gran proporción de los vehículos actuales pueden transformarse en «coches ECO» por un coste que, de media, no supera los 2.000 euros.
Estamos hablando de las transformaciones a GLP (gas licuado de petróleo), o lo que es lo mismo, la adaptación del motor original del vehículo para su funcionamiento con GLP, una transformación que algunos fabricantes ya comercializan en la actualidad de fábrica, pero que está disponible para el grueso de los coches en circulación con un coste que, si bien depende del número de cilindros y la tecnología de funcionamiento del motor, no suele superar los 2.000 euros.
Esta transformación tiene varios beneficios. El primero es la reducción del coste de uso del coche, ya que el precio medio del GLP en nuestro país no supera los 0.95€/kg, un coste muy inferior a los 1,6€/litro de gasolina o los 1,5€/litro de gasóleo. Por otro lado, la autonomía del coche aumenta sustancialmente, ya que al depósito de combustible original se le añade ahora un nuevo depósito para el GLP, sumando así varios cientos de km en autonomía real.
Por si fuera poco, los vehículos que originalmente cuentan con distintivo ambiental de tipo C (independientemente de que sean diésel o gasolina) pasan a estar catalogados como «ECO» con esta transformación, aumentando enormemente tanto su potencial vida útil como su valor de cara a una posible venta. ¿Convertirías tu coche a GLP para que las ZBE dejen de ser un problema para ti?