Entre tanto eléctrico, el coche de hidrógeno promete ser la gran solución para el transporte de mercancías por carretera y flotas, sobre todo ahora que la Unión Europea exigirá a los Estados miembros disponer de un punto de repostaje cada 150 km para finales de 2030. Sin embargo, cuando hablamos del coche de hidrógeno, en la inmensa mayoría de los casos nos estamos refiriendo a la pila de hidrógeno, una tecnología que también promete revolucionar el sector ferroviario de la mano de Talgo y Repsol.
Recordemos que una pila de hidrógeno lo que hace es obtener electricidad mediante una reacción química entre el hidrógeno y el oxígeno, el primero almacenado en un depósito a alta presión, y el segundo tomado directamente del aire, produciendo como único residuo agua. Así pues, en el caso del coche de hidrógeno, como por ejemplo el Toyota Mirai o el Hyundai Nexo, esa electricidad se utiliza para alimentar un motor eléctrico que mueve las ruedas.
La pila de hidrógeno permitirá reconvertir locomotoras diésel
De igual forma, la gente de Talgo pretende equipar un tren con una pila de hidrógeno a bordo para producir esa electricidad y así hacer girar los motores eléctricos que lo impulsan, en lugar de recurrir a contaminantes generadores diésel. En concreto, la idea es eliminar este tipo de trenes de media y corta distancia que aún siguen en funcionamiento en la red secundaria, y también frecuentemente usados para el transporte de mercancías.
Como complemento, a esos trenes se les dotará de una batería que proporcione el extra de potencia instantáneo para las fase de arranque y que se recargará aprovechando la energía liberada en las fases de frenado. De nuevo, más paralelismos con el mundo de las cuatro ruedas.
Todo este proyecto se está materializando en el Talgo Vittal-One, el primer tren de hidrógeno de la compañía española que estará en desarrollo entre 2021 y 2023, fecha en la que se debería dar comienzo a un proyecto de reconversión de esas antiguas locomotoras diésel, aunque se espera que este primer prototipo esté en vía para el mes de noviembre de este mismo año.
En cuanto al abastecimiento de hidrógeno, Talgo ha anunciado recientemente que contará con el apoyo de Repsol, quien sin duda alguna aprovechará todo el know-how obtenido para una futura implantación de hidrogeneras en nuestras carreteras y que actualmente cuenta con la mayor planta de hidrógeno en Europa ubicada en Cartagena.
De esta forma, Repsol promete tener una producción de 400 MW de hidrógeno renovable para 2025 y de 1.200 MW para 2030, un hidrógeno que tendrá una huella de carbono prácticamente nula, pues la electricidad necesaria para producirlo mediante electrólisis sería obtenida mediante fuentes renovables (solar, eólica…) o también recurriendo a residuos orgánicos para producir biogás a partir del cual obtenerlo.
Sea como fuere, si todo se desarrolla según lo previsto, para el año 2030 se espera contar con dos líneas comerciales cubiertas por trenes de hidrógeno y así cumplir uno de los punto de la Hoja de Ruta anunciada por el Gobierno, y de forma colateral, impulsar de cierto modo también el uso del hidrógeno en la industria del automóvil.