No descubro nada si digo que Koenigsegg hace unos de los mejores superdeportivos que habitan nuestro planeta. Desde la pequeña ciudad sueca de Ängelholm, Koenigsegg lleva poco más de dos décadas diseñando y fabricando coches que, debido a la condición de empresa pequeña de Koenigsegg y los enormes gastos que conlleva desarrollar un coche partiendo desde cero, son una constante evolución desde el primer CC8S.
Sin embargo, que sean una evolución de aquel superdeportivo no significa que los Agera (en cualquiera de sus variantes), los One:1 o el más reciente Regera estén de algún modo desfasados. Más bien al contrario, Koenigsegg siempre está incorporando interesantes avances tecnológicos a sus coches o desarrollándolos para terceros, como su interesante motor sin árbol de levas o el motor V8 que Koenigsegg ha diseñado exclusivamente para Spyker, y los coches de la marca sueca son unos de los más rápidos que jamás se hayan concebido para circular por carretera abierta.
Además de la tecnología, la endiablada velocidad y el exótico diseño de sus vehículos, Koenigsegg ofrece algo que pocas marcas pueden igualar: exclusividad. Ni siquiera hablamos de una exclusividad del tipo LaFerrari (del que hay ni más ni menos que 500 unidades en todo el mundo) o Bugatti Chiron (del que habrá otros 500 cuando se complete su fabricación). Sólo Pagani se puede acercar, y es que comprar un Koenigsegg significa entrar en el selecto grupo de propietarios de una marca que apenas ha fabricado 130 coches en sus poco más de dos décadas de vida. Esto se traduce en una experiencia de compra única y tremendamente personal en la que el cliente interactúa directamente con el equipo que diseñará y fabricará su coche y en la que el jefe, Christian von Koenigsegg, estrecha relaciones con todos sus clientes.
El nivel de atención llega hasta el punto de que Christian puede tener localizados en todo momento a sus criaturas; al menos a las que están equipadas con GPS… Hablando con el medio CarBuzz en el Salón de Ginebra sobre el inminente lanzamiento de la Koenigsegg Owners App, Christian von Koenigsegg reveló otro pequeño secreto: existe una aplicación tan exclusiva que, de momento, sólo está en su teléfono móvil personal y con la que puede saber (casi) todo de sus coches. Saber en qué punto del planeta se encuentra cada Koenigsegg puede parecer una intromisión en la privacidad de sus clientes y, aunque podría sonar al ‘Gran Hermano’ de Orwell (que cada vez asusta más), hay buenas razones para rastrear la posición y la actividad de sus coches.
El jefe de Koenigsegg, además de conocer en todo momento donde se encuentran los coches que ha vendido, puede también rastrear la actividad del vehículo y recoger información sobre el coche que posteriormente se utilizará para mejoras tanto de hardware como de software. Para actualizar este último apartado, los Koenigsegg pueden equipar una aplicación con conexión 4G que les permite recibir actualizaciones directamente desde Suecia. Además, cada propietario puede localizar su propio coche en caso de que olvide dónde aparcó (un olvido quizá poco frecuente en un coche de varios millones de euros), así como obtener información de tiempos por vuelta y telemetría en caso de meter al coche en circuito. Con esta aplicación, Christian también puede saber si existe algún problema en algún coche, teniendo conocimiento del mismo rápidamente y pudiendo así mejorar la experiencia de usuario con el cliente gracias a una pronta atención.
Y aunque puede sonar novedoso, lo cierto es que el McLaren F1 ya incorporaba tecnología con la que McLaren podía conocer desde Inglaterra información de cada F1 y si se estaba produciendo algún problema en el vehículo. Una de las 30 curiosidades sobre el McLaren F1 que os contó mi compañero Sergio y una muestra más de lo avanzado de aquel coche.
Fuente: Car Buzz