La Unión Europea aprieta para favorecer una movilidad más sostenible, pero sobre todo para apoyar una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero que se extenderá a todos los ámbitos, y no solo a la industria del automóvil. Las emisiones de CO2 de los coches tendrán que reducirse un 40% de aquí a 2030. Al menos ese es el compromiso del borrador que fue aprobado ayer en el Parlamento Europeo, y que la semana que viene tendrá que ser refrendado por el Consejo de Ministros de la Unión Europea. ¿Y eso qué significa? Significa que los fabricantes deberán vender una cuota muy superior a la esperada inicialmente de coches eléctricos, que aquellos coches que conserven motores de combustión interna rebajen significativamente sus emisiones, previsiblemente con diferentes soluciones híbridas y, en última instancia, que los países miembros de la Unión Europea apoyen una transición hacia el coche eléctrico.
El 35% de los coches que se vendan en 2030 serán eléctricos
Precisamente esta mañana se celebraba en Madrid el Foro de la Movilidad Sostenible de Nissan, que por cuarto año analiza la situación actual, y los avances que han de darse para perseguir los objetivos marcados. En este evento, Miguel Arias Cañete, Comisario de Acción por el Clima y Energía de la Comisión Europea, ha dado algunas de las claves de la transición que ha de vivir la industria del automóvil, avanzando que, con estos objetivos revisados, la cuota de los coches eléctricos ha de aumentar drásticamente. Según el borrador de la Unión Europea, la cuota de coches enchufables – eléctricos e híbridos enchufables – ha de ser del 20% en 2025 y del 35% en 2030.
Arias Cañete reconocía que, para cumplir estos objetivos, España debería contar para entonces con más de 300.000 puntos de recarga públicos. Actualmente solo hay 5.191 puntos de recarga públicos, de los cuales solo 188 son de alta potencia y carga rápida. En este mismo evento, el Secretario de Estado de Medio Ambiente del Ministerio para la Transición Ecológica anunciaba que en diciembre se presentará el Plan del Clima, en el que se abordarán todas estas cuestiones, incluida la de un nuevo plan de incentivos a la compra de coches eléctricos.
¿Qué significará en la venta de coches nuevos?
Los fabricantes ya han alertado del riesgo que supondrá esta medida, que es mucho más estricta a la esperada inicialmente y, por supuesto, a la que la mayoría de las marcas de coches estaban demandando. Para conseguir estos objetivos los fabricantes han de acelerar el desarrollo de sus tecnologías y poner en el mercado vehículos que, necesariamente, serán más costosos. El problema que plantea esta medida también tiene que ver con las diferencias económicas existentes en los países de la Unión. La misma que ha propiciado que casi la mitad de los coches vendidos en Noruega sean eléctricos, o que Alemania ya sea el primer comprador de coches eléctricos de la Unión, por volumen, con más de 39.534 coches eléctricos vendidos entre enero y julio de este año.
En cuanto a los gobernantes de los países de la Unión Europea, se exigirán normativas y fuertes inversiones que propicien la transición hacia el coche eléctrico y que comenzarán por lo más obvio, por apoyar la formación de una estructura de puntos de recarga, y por incentivar la compra de coches eléctricos.
Por último, la Unión Europea ha de ser consciente de otro de los mayores problemas que han de afrontar en este proceso. Desde la Unión se reconoce la falta de existencia de grandes fabricantes de baterías en Europa, como un riesgo que no solo reduce la competencia del mercado europeo, sino que también aumenta la dependencia de mercados como China, principal proveedor de baterías del mundo.
Más imágenes del Nissan Leaf que ilustra esta entrada: