La Unión Europea ha dado forma al programa ‘Fit for 55’ con el que pretende ahorrar, como mínimo, el 55% de las emisiones netas de dióxido de carbono (CO2) para 2030. Para ello ha diseñado una serie de medidas como la prohibición de comercializar de combustión interna a partir de 2035. No es la única: Europa ha creado otro impuesto para el combustible, pero no afectará a todos los vehículos.
Repasando las medidas del programa ‘Fit for 55’ destacan aquellas que afectan a los conductores de forma directa. La Unión Europea pretende, en 2025, reducir las emisiones de los turismos en un 20%, rebajar el límite máximo de las emisiones de CO2 de los coches nuevos a 123 g/km a partir de 2030… y aplicar un nuevo impuesto que afectará directamente al combustible.
No para todos
Sobre ello informan Auto Motor und Sport y el periódico económico alemán Handelsblatt. Desvelan, además, que la medida no afectará a todos los vehículos. Tras una larga negociación, el Parlamento Europeo decidió que el nuevo impuesto al CO2 no afectaría a los conductores particulares: todos aquellos que reposten gasolina, gasóleo, GLP o GNC deberían pagar los precios habituales. Para las empresas, sin embargo, la situación es diferente.
La llegada de este impuesto (que también se aplicará a las calefacciones) se traducirá, en un futuro, en cifras más elevadas en las estaciones de servicio. Todavía no está claro cómo de elevado será el incremento, pero teniendo en cuenta las propuestas de la Comisión y del Parlamento de la Unión Europea todo apunta a una posible horquilla de 10-20 céntimos por litro.
Para aquellos Estados miembro que no quieran tratar de forma desigual a particulares y empresas, la propuesta les daría la opción de poder decidir, unilateralmente, la extensión de este nuevo impuesto a todos los ciudadanos.
Todos pendientes del Parlamento
Su aprobación no sólo supondría encontrarse cifras distintas en las estaciones de servicio (una para los particulares y otra para las empresas), también implicaría el diseño de un sistema de precios que se antoja complejo y que daría pie al fraude entre unos conductores y otros para evitar el pago de este impuesto. En este caso, el efecto logrado sería, justo, el contrario al que busca la Unión Europea.
El borrador, desde luego, ha generado gran controversia. El Handelsblatt asegura que algunos miembros del Parlamento de la UE que participaron en las negociaciones se muestran escépticos sobre si la propuesta se convertirá en ley. No sólo su implementación sería difícil, también queda por ver si los miembros del Consejo de la UE aceptarán la idea de subir los precios del combustible (que ya son bastante altos) mediante impuestos adicionales.
¿Qué se necesita para obtener luz verde? El proyecto ya ha sido aprobado por la Comisión de Medio Ambiente (ENVI) y su siguiente parada es el pleno del Parlamento Europeo que tendrá lugar el próximo mes de junio.