Aunque Diariomotor es una web de coches, en ocasiones nos gusta hablar de otro tipo de vehículos. No hace daño a nadie, y nos permite descubriros máquinas tan fascinantes como la Union Pacific número 4014. Tras este nombre se esconde la locomotora de vapor más grande de todos los tiempos, cuyo sobrenombre era más que apropiado: «Big Boy». 25 unidades fueron fabricadas por la American Locomotive Company (Alco) entre 1941 y 1944, y cada una pesaba la friolera de 567 toneladas. Estaban diseñadas para tirar de hasta 4.000 toneladas de carga, y la 4014 fue usada por última vez en el lejano año 1962. Hasta hoy.
La gigantesca locomotora, de 40,47 metros de largo – incluyendo el vagón ténder – es la única actualmente en condiciones operativas, de las ocho «Big Boy» que actualmente se conservan. La 4014 ha terminado recientemente de ser restaurada por Union Pacific, en un proceso intensivo que ha demorado años y años. Por primera vez en 57 años, su gigantesco motor de vapor se ha encendido, y la máquina ha echado a rodar ante en entusiasmo de sus restauradores y aficionados a los trenes clásicos. No todos los días se contempla rugir un humeante monstruo mecánico de casi 6.300 CV de potencia.
Esta Union Pacific está alimentada exclusivamente por carbón – carbón de baja calidad de Wyoming, de las minas de Union Pacific – que es quemado para calentar agua, y con el vapor obtenido en su ebullición, empujar los enormes pistones anclados a sus ruedas de hierro. La locomotora tiene nada menos que 24 ruedas, de las cuales 16 son motrices. En su momento, era capaz de sostener cruceros de 100 km/h arrastrando un máximo de 4.000 toneladas de carga. Su máxima potencia se alcanzaba a unos 60 km/h y la máxima capacidad de arrastre era a una velocidad de 16 km/h. Solía recorrer la línea Ogden (Utah) – Green River (Wyoming).
Tras ser restaurada en Cheyenne (Wyoming) se dará un paseo de casi 500 millas hasta Odgen, donde Union Pacific está celebrando su 150 aniversario estos días. A esta gigantesca locomotora de vapor se unirán otros trenes clásicos y miles de aficionados al ferrocarril de todo el mundo. La espina dorsal de América – estos los trenes de carga que hacían fluir el comercio de mercancías hace décadas – no se merece menos atención. El baile mecánico de sus pistones y bielas, el complejo baile mecánico de todas sus piezas, resulta fascinante. No os perdáis los vídeos que acompañan este artículo.
