No solo conozco estos aparatos desde hace años, sino que incluso hace ya años que escribí los primeros artículos sobre ellos en Diariomotor. Pero en casa de herrero, cuchara de palo. Yo no los compré. Por suerte, mi tío sí lo hizo. Y cuando nos quedamos su coche, nos dejó todos los accesorios que tenía, incluido este aparato que ha evitado que el final de mis vacaciones se fuera al traste por culpa del coche, de una rueda y de la playa. El problema viene de algo que, en realidad, muchos de nosotros sabemos, o deberíamos saber, pero nunca recordamos.
Unas buenas vacaciones sin usar el coche con final (no) feliz
Me gusta conducir, pero me gusta más descansar. Y en estas vacaciones quería simplemente no hacer nada. Escribo este artículo viendo la playa a menos de 50 metros. Y cuando lo acabe, me iré a la piscina para aprovechar los últimos días libres que me quedan, que este año han llegado justo despidiendo el verano. Unas vacaciones que, además, por lo difícil de este año, necesitaba más que nunca.
Pero estos últimos días apuntaban a haber terminado cuando una vecina me avisó esta mañana de que tenía una rueda del coche pinchada. Lo sé, no parece muy relevante, pero en realidad lo es. A 12 km del taller más cercano, en una zona donde el servicio no es el mejor y donde cualquier cosa que uno necesita implica una espera de varios días hasta que llegue un especialista, la situación parecía indicar que no iba a poder estar todo lo tranquilo que quería si el lunes pensaba volver a casa.
No saber gestionar bien la presión
Ya sé que no es el mayor de los males. Pero estas vacaciones tienen cierta importancia. Cada año acabo la temporada de verano viniendo con mis padres al piso de la playa. Mis padres, mi mujer y yo. Septiembre siempre es algo especial por eso. Para mí es sinónimo de descanso y de relajación. Es una ayuda para gestionar la presión. Pero este 2024 iba a ser más gris de lo habitual.
Mi padre ya no está. Este año somos mi madre, mi mujer y yo. Y ha sido un año duro. Muy duro. Estas vacaciones eran importantes para aprender a gestionar la presión.
Mi padre era el previsor, yo el improvisador. Dos polos opuestos en eso. Una pelea constante y graciosa en el día a día cuando estábamos juntos. Una pelea que sigue dentro de mi cabeza aun cuando él no está. Ahora para recordarme a mí mismo la importancia de ser previsor. Y es que él hubiera estado preparado para esta situación. Yo no. Por suerte para mí, el coche que hemos traído es el de mi padre. Un coche que era de mi tío y que ahora es nuestro. Y mi tío, su hermano, también se parecía en eso a él. Lee Diariomotor y acostumbra a comprar aquello que recomendamos. Incluido aquello que yo no compré, pero recomendé, que ahora necesitaba, y no tenía. Hasta que recordé que sí lo tenía. O al menos, estaba en el coche que ha sufrido este problema.
El accesorio que todos debemos llevar en el coche
Y es que mi tío llevaba en el maletero del coche todos los artilugios que uno puede necesitar para cuidar del coche y para solventar cualquier situación inesperada. Un rasgo genético inconfundible que compartía con mi padre y que yo no debí heredar. Entre todas esas cosas, recordé que en una de las mochilas con accesorios llevaba un kit repara pinchazos (ya sé que la rueda de repuesto era otra opción, pero estoy de vacaciones, y esa rueda lleva sin utilizarse más de 20 años).
El kit repara pinchazos es el de Slime, una de las marcas más populares por estos kits con el gel que se puede utilizar para reparar un pinchazo en cuestión de minutos. Lo podéis encontrar en Amazon por unos 30 euros (no es enlace de afiliados). También podéis comprar el de otras marcas; Michelin tiene uno y hay muchos sin marca en Amazon, en AliExpress o en tu Feuvert, Norauto o similar de turno, que son buena opción.
Aunque en mi caso, no ha sido necesario el gel, sino tan solo el compresor de aire, que también podéis comprar por poco dinero. El de Xiaomi es una opción interesante si buscáis algo de calidad y además portátil.
Los cambios de presión en los neumáticos que todos deberíamos conocer
Estas vacaciones iban a ser para aprender a gestionar la presión. No menos importante iba a ser, en unas vacaciones, el gestionar bien el estado del coche, concretamente el de los neumáticos. Y es que deberíamos tener muy claro que cuando uno se desplaza a una zona de diferente altitud, los neumáticos también se someten a un cambio de presión.
Por lo normal, al acercarnos a la costa bajamos a una altitud inferior, cercana al nivel del mar. Eso implica una mayor cantidad de aire sobre nuestras cabezas. Más oxígeno para respirar mejor y conseguir mejores cifras maratonianas, y esas cosas. Y más aire exterior que presiona los neumáticos, haciendo que la presión interna disminuya.
En circunstancias normales, venir a la playa puede suponer ir a una zona con mejor clima, con mayor temperatura. Cuando el gas del interior de los neumáticos se calienta, se expande. Así, una pérdida se compensa con la otra.
Excepto si el lugar de donde vienes es más caluroso, como ocurre en muchas zonas interiores de España en verano. Si vas un día a la playa, no pasa nada. Pero si vas a estar dos semanas en el lugar de vacaciones, la pérdida de presión en los neumáticos es algo que incluso puedes prever. Yo no lo hice. Y ojo, no es que haya perdido aire, sino que la presión del neumático baja con la misma cantidad de aire.
Ser previsor al viajar en coche con los neumáticos
Cuántas veces hemos dicho que, antes de realizar un viaje en el que saldremos a carretera, es importante hacer una revisión básica del coche. Los neumáticos son uno de esos elementos clave. Vamos a pasar de circular a 40 km/h a triplicar esa velocidad durante un largo periodo de tiempo. La temperatura que van a soportar los neumáticos va a subir. Y estos son nuestro único contacto entre la carretera y el coche. Unos neumáticos en buen estado y con la presión adecuada son lo más importante antes de cualquier viaje.
Revisar la presión de los neumáticos al viajar es algo que tendríamos que hacer sí o sí. Y eso implica revisarla al salir y al llegar al destino. Hay que tener en cuenta si el coche va a llevar más peso del que normalmente lleva. La etiqueta de presión recomendada, que solemos encontrar en el umbral de la puerta o en la tapa de combustible, indica diferentes presiones según el nivel de carga del coche.
Los cambios de altitud son otro factor a tener en cuenta, así como los cambios de temperatura. No es que en dos horas nos dé tiempo a recorrer mucha distancia, pero en España, en dos horas, se puede pasar de la alta montaña a la playa y viceversa. Por otro lado, el tiempo y las estaciones del año son caprichosas. Llegué a la playa cuando en mi ciudad, Albacete, había máximas con sensaciones térmicas que superaban los 35º C. Volveré con mínimas que se acercan a los 10º C. Eso significa que me fui de un clima más cálido a uno menos cálido, y que ahora volveré a uno también menos cálido. Son factores a tener en cuenta y que uno puede prever.
Y algo básico es, además de prever esas cuestiones, contar con recursos para solventar los problemas en caso de que se den. Rueda de repuesto, kit reparapinchazos, compresor de aire, medidores de presión y otros productos que te ayudan a adelantarte a los problemas y evitarlos. Siempre es buen momento para hacerte con ellos. Nunca se sabe cuándo te harán falta. En mi caso, hubieran sido solo unas molestias en unas vacaciones. Pero la cosa se puede complicar mucho si te pasa en mitad de ninguna parte, a las tres de la tarde, a 40 grados de temperatura y con tus niños en el coche. Ser previsor siempre será una buena idea. Lo decía mi padre. Me lo sigue diciendo su recuerdo. Y a partir de ahora, te lo diré yo a ti también desde este escaparate.
