Desde que hace algo más de un año la irrupción de la COVID-19 cambiase nuestras vidas, nos hemos acostumbrado a seguir toda una serie de consejos, y adquirir hábitos, destinados a protegernos y a proteger a los que nos rodean. El uso de la mascarilla en los espacios cerrados, también en el coche, se ha convertido en una de las estrategias de protección más básicas, hasta el punto en que en países como España la mascarilla también es obligatoria en los espacios abiertos. Pero los expertos centran la atención, cada vez más, en la ventilación de los interiores. ¿Por qué deberías bajar las ventanillas cuando compartes coche?
La renovación del aire en el coche
Este fin de semana hemos conocido un reportaje especialmente interesante, elaborado por El País, que analizaba la importancia de la ventilación en los espacios cerrados. Cuando viajamos en coche, con otras personas, sabemos que es esencial utilizar mascarilla. De hecho, la mascarilla en el coche es obligatoria cuando viajamos con personas con las que no convivimos.
Pero la renovación del aire también debería estar muy presente en nuestra estrategia de protección, a pesar de que no exista ninguna norma que obligue o tan siquiera recomiende viajar con las ventanillas del coche bajadas. Pensemos que el habitáculo de un coche es un espacio cerrado, y de poco volumen. De manera que al compartirlo con otros pasajeros también estaremos compartiendo el aire respirado y exhalado.
Actualmente no existen sistemas que sean capaces de medir la concentración del virus en un espacio cerrado y es por eso que los expertos han recurrido a los medidores de CO2 para estimar el riesgo de contagio en interiores. La concentración de partículas por millón de CO2 es una métrica válida para analizar la recirculación del aire en un espacio cerrado. En un coche, como destaca el reportaje anteriormente mencionado, la concentración de CO2 acumulada apunta a que en 15 minutos reinhalaremos un 4% del aire exhalado. Si compartimos coche, en solo 10 minutos el 8% del aire que respiramos ha sido exhalado por los pasajeros.
Si estas cifras las transformamos en riesgo de contagio, los resultados son preocupantes, o como mínimo lo suficientemente sólidos para que planteemos soluciones tan sencillas como bajar las ventanillas. Si una de las personas estuviera contagiada de COVID, el riesgo de contagio de la otra ascendería un 30% en 30 minutos de viaje y el 71% en una hora.
Los automóviles modernos emplean sistemas de climatización potentes y avanzados, con sistemas de recirculación y filtrado cada vez más efectivos. Pero la medida más eficaz en este caso es también la más sencilla y tradicional, bajar las ventanillas del coche. Bajando las ventanillas solo 5 centímetros conseguiríamos renovar el aire hasta 9 veces por minuto, haciendo que el aire exhalado desaparezca y disminuyan drásticamente las probabilidades de contagio.
De manera que parece más que razonable recomendar ya no solo viajar con mascarilla cuando compartamos coche con no convivientes, lo cual insistimos es obligatorio y, de no hacerlo, conlleva multas. Sino que también es recomendable bajar las ventanillas para asegurar la renovación del aire del habitáculo.
Fuente: El País