Nos hemos acostumbrado a que cada mes que pasa las ventas de diésel desciendan un poco más. Pero si analizamos las cifras, y comparamos con los últimos meses y, sobre todo, el año pasado, seremos aún más conscientes del desplome que están sufriendo las ventas de diésel. En enero de 2019, y según ANFAC, las ventas de diésel han supuesto tan solo un 28,9% de las ventas totales. El diésel alcanza mínimos históricos y su cuota ha caído más de diez puntos con respecto al año anterior, un descalabro que se está trasladando al aumento de ventas de híbridos y alternativos – desde coches bifuel, a gas, hasta eléctricos – y sobre todo coches de gasolina. ¿Cuándo se detendrá la caída del diésel?
Las ventas de diésel siguen desplomándose
Decíamos que según ANFAC el diésel se ha desplomado hasta llegar a una cuota del 28,9%. La caída es realmente importante, si tenemos en cuenta que en todo el año 2018 la cuota del diésel fue del 35,8% y que, en el interanual, la cuota del diésel ha caído más de 10 puntos. En enero de 2018 un 41,8% de los coches de nueva matriculación eran diésel.
Actualmente, la gasolina representa un 60% del mercado. Ya se venden más de dos coches con motor de gasolina por cada diésel matriculado. Los vehículos alternativos, híbridos, eléctricos, y vehículos de gas, han alcanzado un máximo histórico en este mes de enero de 2019, llegando al 11,1%.
Los SUV como el Nissan Qashqai (en estas imágenes), son los que aún conservan una mayor cuota de diésel. En cualquier caso, incluso las ventas de SUV compactos están cada vez más dominadas por motorizaciones de gasolina.
¿Cuándo se detendrá la caída del diésel?
La situación no parece propiciar el optimismo. El sector considera que la desconfianza del cliente está alentando el desplome de las ventas de diésel, y lo que es aún más preocupante, la venta de coches nuevos, en general. ANFAC anunciaba estos días que las matriculaciones de turismos y todoterrenos habrían caído un 8% en enero, con respecto al año anterior. Una caída que, sobre todo, se ha visto reflejada en el canal de particulares, donde las ventas han retrocedido un 9,6%.
FACONAUTO demanda movimientos desde nuestro gobernantes, puesto que «los compradores tienen que sentirse seguros a la hora de adquirir un diésel de última generación», mientras que GANVAM pide «políticas y normativas precisas […] sin discriminar las motorizaciones diésel y gasolina de última generación». Si bien es cierto, y desde mi punto de vista, el mayor problema del diésel no parece estar en su tratamiento desde el punto de vista medioambiental – los diésel y gasolina modernos gozan del mismo etiquetado, el distintivo medioambiental C – sino el ruido generado, y las acusaciones continuas que se vierten sobre el diésel, sin discriminar entre los diésel modernos, con tecnologías avanzadas para reducir sus emisiones, y los diésel más antiguos.
En estos momentos es difícil imaginar si el diésel ha tocado fondo, o seguirá cayendo en los próximos meses. Lo que sí parece poco probable es que vayamos a ver un repunte de importancia, y que el diésel vaya a recuperar las cifras de los últimos años, o incluso de los últimos meses. Aunque quizás aún tengamos sorpresas este año, como ofertas importantes – quizás no tanto como las de agosto de 2018 – propiciadas por los plazos de implementación del WLTP y la necesidad de los fabricantes de coches de liberar stock y adaptarse a las nuevas normativas.