Seguimos analizando la situación del sector durante el estado de alarma con este termómetro con el que trataremos de cuantificar el desplome que se está produciendo en las ventas de coches nuevos, en base a las matriculaciones, y los posibles escenarios que afrontará la industria y los concesionarios en los próximos meses, con el levantamiento de las restricciones. Tras un mes de marzo terrible, con más de dos semanas de cierre de los concesionarios, abril comienza con un nuevo desplome de las matriculaciones de coches nuevos, que ya son virtualmente cero. Pero veamos qué significa esta afirmación y que consecuencias puede tener en el futuro.
Las ventas de coches en España son virtualmente cero
En las dos últimas semanas habíamos visto cómo las matriculaciones, a pesar del desplome, se mantenían en unos cientos de turismos diarios, correspondientes sobre todo a operaciones cerradas antes de la declaración del estado de alarma al que nos ha llevado la propagación del coronavirus y que, consecuentemente, ha conllevado el cierre de los concesionarios.
Tomando datos provisionales de ayer, 1 de abril, ya podemos decir que las matriculaciones se han detenido, cayendo virtualmente a cero. Ayer tan solo se matricularon 31 turismos, 18 a particulares, y 13 registrados a empresas. Una situación que podría prolongarse hasta que se levanten las restricciones del estado de alarma y reabran los concesionarios.
A pesar de que durante estas semanas los concesionarios han tratado de mantener parte de su actividad mediante el teletrabajo y atender a operaciones cerradas por teléfono o internet, la venta sin acudir al punto físico de distribución, al concesionario, no parece estar aliviando al sector. Lo cual no necesariamente significa que la distribución de automóviles no esté preparada para ello.
Pensemos que el estado de alarma, y las restricciones al movimiento y el confinamiento que exige la ley, y la paralización de las fábricas, complican que los compradores cierren la compra de un automóvil en estos días. Por no hablar de la incertidumbre que se vive estos días en muchos hogares, ante la situación económica actual, y la que afrontaremos en el futuro, que podría haber frustrado muchas decisiones de compra pendientes.
Finalizado marzo, estimábamos que el pasado mes se habían perdido más de 60.000 ventas de coches. Si las restricciones impuestas por el estado de alarma, y el cierre de los concesionarios, se prorrogan hasta finales de abril, y las ventas no se reanudan hasta mayo, las ventas de coches perdidas ascenderían a más de 180.000 coches. A día de hoy, las matriculaciones ya han caído más de un 40% respecto al año anterior. Si en abril no se reanudan las ventas, la caída acumulada alcanzaría el 50%.
La pregunta del millón, una vez más, es hasta qué punto podrán recuperarse parte de estas matriculaciones perdidas, o aplazadas, cuando finalice el estado de alarma. De no recuperarse, a final de año podríamos estar hablando de un retroceso de las matriculaciones superior al 20%.
No obstante, la falta de certezas acerca del momento en que se superará la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, el fin de las restricciones impuestas por el estado de alarma y la apertura de los concesionarios y, sobre todo, la incertidumbre acerca de la situación económica posterior, hacen que cualquier vaticinio que podamos hacer de la situación a final de año sea puramente especulativo.