Explorar zonas extremas donde la nieve, el hielo y las rocas son una constante requiere vehículos cuya resistencia esté más que probada. Podríamos imaginar varios modelos para abordar semejante misión, pero ¿uno cero emisiones? Cuesta dar forma a un rover que, en semejante escenario, no vea mermadas sus capacidades. Sin embargo, la movilidad eléctrica ha vuelto a demostrar su capacidad para superar la adversidad. Buen ejemplo de ello es el Venturi Antarctica: el primer vehículo polar totalmente eléctrico.
Venturi Antarctica es un proyecto cocinado a fuego lento. Corría el año 2009 cuando Alberto II de Mónaco (sí, el actual príncipe soberano del Principado) viajó a la Antártida. Allí le sorprendió que las estaciones de investigación no estuvieran equipadas con vehículos más sostenibles teniendo en cuenta el entorno en el que desempañaban sus funciones. A su vuelta y de la mano de su fundación, se alió con la citada compañía monegasca.
Explorar la Antártida sin emisiones
Venturi recibió una petición del soberano de Mónaco: crear un vehículo sostenible para las estaciones de la Antártida con el que los investigadores y sus equipos pudieran alcanzar los puntos de más complicado acceso. Con esta solicitud empezó a gestarse Venturi Antarctica. O lo que es lo mismo: el primer vehículo eléctrico de exploración polar del mundo.
La versión actual es la definitiva después de tres diseños ya que ha sido presentada recientemente. Ha superado todo tipo de pruebas a bajas temperaturas en el norte de la Columbia Británica y, ahora, su desarrollo está inmerso en una serie de test en tierra seca para garantizar que los frenos, controles y otros sistemas funcionen sin problemas. Una vez superada esta fase, el Venturi Antarctica estará listo para afrontar su primera misión.
50 kilómetros de autonomía
Tal y como ha explicado Venturi, este vehículo eléctrico de exploración polar permitirá afrontar las investigaciones en condiciones óptimas, pero sin emisiones. Es sencillo de conducir, eficiente y cuenta con buenas prestaciones. Detrás de su carrocería naranja nos encontramos con un habitáculo dividido en dos a través de una estructura tubular: por un lado nos encontramos con la cabina de conducción y por otro con un espacio equipado con asientos abatibles y una zona para el almacenaje del equipamiento.
El Antarctica cuenta con un par de motores de 80 CV de potencia y una batería de 52,6 kWh, que promete una autonomía de hasta 50 kilómetros; una cifra que, no obstante, se puede ampliar con una segunda pila. Una y otra tardan en cargarse entre 2 y 18 horas, dependiendo del tipo de infraestructura que se emplee para esta tarea. Todo el sistema eléctrico está especialmente preparado para soportar temperaturas de hasta 60 grados bajo cero.
Primera misión: diciembre de 2021
En la hoja de ruta del Venturi Antarctica ya aparece la primera fecha importante de su particular historia: diciembre de 2021. Será entonces cuando llegue a Princess Elisabeth Antarctic, la estación de investigación polar belga ubicada a 1.400 metros de altitud. Su primer destino no es una elección hecha al azar: esta base de operaciones es cero emisiones así que no hay mejor lugar para estrenar el primer vehículo eléctrico de exploración polar. Su misión allí pasará por transportar a los científicos y evitar los desplazamientos que normalmente hacen a pie para evitar contaminar las muestras de su trabajo.
Fuente: Venturi