Hasta que llegaron los años noventa, y llegó el capitalismo neoliberal a grandes empresas como Mercedes, el equipo financiero de la marca estaba subyugado a los equipos de ingeniería y desarrollo. Ellos desarrollaban un coche, a un coste determinado, y el precio del vehículo se fijaba en base a ello. No al revés. En aquella era de Mercedes nacieron coches como los legendarios W123, W201 o W124, mis preferidos. Y este vídeo te va a demostrar, de una vez por todas, por qué un Mercedes de los años ochenta es un coche absolutamente eterno.
El vídeo es cortesía de Flexiny, un canal de YouTube afincado en Estonia que nos enseña el rescate de coches que llevan décadas parados. El protagonista del vídeo de hoy es un Mercedes 300D W124, uno de los coches con mejor reputación dentro de la propia marca. Un coche del que se suele decir que puede recorrer un millón de kilómetros sin inmutarse. Un vistazo a una web de anuncios clasificados online arroja multitud de resultados por encima del medio millón de kilómetros, en perfecto estado de funcionamiento.
Mercedes-Benz Mercedes Clase E
Su motor diésel atmosférico, el incombustible OM603, es un atmosférico de seis cilindros en línea y tres litros de cubicaje. Un motor de inyección mecánica de combustible, dos válvulas por cilindro y distribución por doble cadena, con una modesta potencia de 109 CV. La peculiaridad de la unidad que protagoniza este artículo no es que tenga 548.880 kilómetros en su odómetro, si no que lleva 12 años aparcado a la intemperie. 12 años a la intemperie de Estonia, con sus durísimos inviernos y temperaturas gélidas.
El coche fue un taxi en su momento, y su última «ITV» data del año 2007. El coche presenta abundante corrosión en su carrocería – el óxido es posiblemente lo que lo llevó al «purgatorio» en el año 2011. El interior está repleto de moho y la madera de su salpicadero está en mal estado, pero está sorprendentemente entero, con sus plásticos en buen estado y un salpicadero que ni siquiera se ha rajado. El motor está sucio y presenta oxidación notable en muchos de sus componentes, pero tiene aceite y tiene compresión.
En verdad, un viejo motor diésel, solo necesita compresión y combustible para funcionar correctamente. Con una batería fresca, y sin siquiera una fuente de combustible fresco, el motor carraspea tratando de volver a la vida. Tras unos pocos minutos de trabajo, el motor de arranque consigue ponerlo en movimiento. Lo mejor de todo es que a los pocos minutos, mantiene un ralentí estable, suena redondo y ha dejado de humear. Es un motor en forma, capaz de volver a las carreteras con solo un mantenimiento rutinario.
Aunque el coche estaba comenzando a «fundirse» con el suelo, solo hizo falta rellenar de fluido la caja de cambios automática para que el coche volviese a rodar por sus propios medios. El cambio parece funcionar adecuadamente tras recibir fluido fresco. Aunque posiblemente sea carne de desguace, su calidad de construcción y su robustez mecánica son resilientes y tenaces, demostrando que pocos coches hay mejor construidos que un Mercedes diésel de los años ochenta. Si este vídeo no te lo ha demostrado, no sé que lo hará.