El burnout. Un espectáculo automovilístico, idolatrado por los propietarios de vehículos de propulsión trasera. Es realmente espectacular, y consiste en quemar rueda con el tren trasero mientras el coche está frenado y quieto. Es muy duro con neumáticos, frenos y transmisión, pero bien hecho es simplemente hipnotizante. En Engineering Explained se han preguntado qué sucede en un burnout, y han querido someterlo a la prueba de la cámara térmica, usando un dispositivo FLIR valorado en más de 40.000 dólares. El resultado es tan interesante como informativo, y merece la pena ser analizado en detalle.
Para realizar esta prueba han usado el Honda S2000 del creador del canal de YouTube. Han apuntado la cámara térmica a sus ruedas traseras y comenzado el burnout. El primer detalle es interesante: los neumáticos, a causa de la fricción extrema con el suelo, superan los 160 grados de temperatura en apenas cinco segundos. Ausente de humo, la imagen revela a la perfección los pequeños trozos de goma que se desprenden de la rueda, impactando en el suelo y los pasos de rueda. También se aprecia a la perfección como el suelo se calienta en torno a la zona de contacto con el neumático.
Otro detalle a tener en cuenta, y sólo apreciable durante los primeros instantes del burnout es la incorrecta alineación de una de las ruedas, mencionada por el propio Jason. La rueda trasera derecha se calienta antes por su parte interior, en vez de hacerlo de forma uniforme. A largo plazo, en una circulación normal, el neumático se desgastaría más por el interior, acortando su vida útil de forma importante. En este artículo os hemos contado algunos consejos para alargar la vida útil de tus neumáticos, y quizá en ellos deberíamos haber incluido no hacer burnouts: acabarán con tus gomas en cuestión de minutos.
Como antes os decía, los burnouts no son buenos para los frenos traseros. Para que el coche no se mueva, se debe bloquear el tren delantero frenándolo, y vencer la resistencia de los frenos traseros a base de acelerador – a no ser que tengas un Ford Mustang con un sistema Line Lock, especialmente diseñado para hacer burnouts. Tras el burnout, los frenos traseros están a más de 300 grados de temperatura. Los escapes del coche también han cogido una buena temperatura, e incluso tras unos minutos los neumáticos aún están a 100 grados de temperatura. Ved el vídeo por vosotros mismos, y sacad vuestras propias conclusiones. ¿Fascinante, verdad?
En Diariomotor: