A pesar de que las imágenes no son aptas para todos los públicos, el vídeo que acompaña a estas líneas acumula más de 2,5 millones de visitas en tres días. ¿La razón? Se ha convertido en una perfecta lección de seguridad vial que muestra a los conductores cómo es un choque contra una pared a alta velocidad.
La grabación está protagonizada por un BMW Serie 5 E39 Touring, que conduce, de manera remota, contra un muro sólido: obviamente, no hubo ningún herido. La idea de Vilebrequin (el canal de YouTube que está detrás de la prueba) era retratar qué pasa cuando un vehículo de cierta edad circula a una velocidad alta, pero lejos de sus cifras máximas. Y también sus consecuencias.
La prueba
El escenario es una pista de un kilómetro de largo. La distancia no era suficiente para que el vehículo alcanzara los 200 km/h, así que decidieron hacer la prueba a una velocidad más baja que la planeada inicialmente: el BMW Serie 5 Touring circula a 150 km/h hasta chocarse directamente contra una pared. Esa velocidad es tres veces más alta que la empleada es una prueba de choque normal: la EuroNCAP hace sus test a 50 km/h, mientras que en Estados Unidos se realizan a 56,3 km/h.
El famoso ‘Efecto Elefante’
El vídeo pone de manifiesto el peligro del ‘Efecto Elefante’. Según ha explicado la Dirección General de Tráfico en numerosas ocasiones, a una velocidad de 60 km/h, un pasajero que pese 75 kilos y viaje sin cinturón golpearía el asiento delantero con una fuerza equivalente al peso de un elefante de 4,2 toneladas.
Y es que cuando uno de los pasajeros de la fila trasera viaja sin ese elemento de seguridad y se produce un frenazo, su peso se multiplica y golpea a la persona que está delante con una fuerza que equivale (en función de su peso y de la velocidad del vehículo) al peso de un paquidermo.
Las consecuencias de las fuerzas G
Otro de los puntos a tener en cuenta en los accidentes a alta velocidad es el hecho de chocar a una velocidad tan alta contra un objeto inamovible: esto implica una drástica reducción de la velocidad, que implica unas fuerzas G que son demasiado altas para que el cuerpo humano las soporte. En el impacto que se muestra en el vídeo se alcanza un máximo de 64 G: más que suficiente para provocar lesiones potencialmente mortales a cualquier ser humano.
En estas situaciones, sobrevivir es todo un golpe de suerte. Aunque el BMW Serie 5 E39 hubiera permanecido intacto tras el choque, las personas que hubieran estado en su interior habrían experimentaba una repentina desaceleración de 150 a 0 km/h. En esas condiciones, lo que hace o lo que pasa con el coche es irrelevante: los ocupantes no habrían sobrevivido al impacto.
Una lección de seguridad vial
Es cierto que el choque escenifica uno de los peores accidentes que puede sufrir un vehículo porque implica conducir más rápido que el límite de velocidad en una autopista en cualquier país europeo (dejando a un lado las Autobahn alemanas) e impactar contra una pared sin hacer el más mínimo gesto para reducir la velocidad. Sin embargo, por rocambolesca que parezca la coincidencia de todas estas condiciones, podría suceder: en una autovía o autopista, el riesgo ser golpeados por detrás por alguien que circula por encima de lo establecido es real.
Nunca está de más ser consciente de las consecuencias de circular a esos niveles en la carretera: no sólo nos ponen en peligro a nosotros, también al resto. Y es que si, de verdad, queréis conducir un vehículo mucho más fuerte de lo permitido… siempre quedarán los circuitos.
