El Range Rover Sport SVR es el coche más potente y rápido que ha salido de las líneas de producción de Land Rover. Un modelo que por concepto y potencia, con sus casi seiscientos caballos, apunta directamente a los Porsche Cayenne Turbo, BMW X5 M y Mercedes-AMG GLE 63. Pero los todocaminos alemanes de altas prestaciones no son su único objetivo: su último verdugo, por extraño que suene, ha sido el Ferrari 458 Italia, al que ha batido en la ascensión a la Puerta del Cielo.
Hace poco el fabricante británico nos mostraba cómo la versión híbrida enchufable del Range Rover Sport era capaz de ascender los 999 escalones que suben a la Puerta del Cielo de Tianmen, en China. Una prueba cuanto menos llamativa, en un entorno de marcado carácter espiritual que es a su vez un foco turístico que visitan miles de personas cada año. Pero para llegar a la cueva de Tianmen, o la Puerta del Cielo, situada en la cima de una montaña, antes hay que superar un ascenso que requiere sortear ni más ni menos que 99 curvas.
Ese casi centenar de curvas se suceden a lo largo de 11,3 kilómetros. Una ruta que normalmente se hace en el bus turístico, o se salva usando un enorme teleférico, y que suele conllevar una buena fracción de tiempo. Como tantos otros ascensos, el afán del ser humano por conseguir hacerlo lo más rápido llevó en 2016 a marcar un tiempo récord de 10 minutos y 31 segundos a bordo de un Ferrari 458 Italia.
Ese tiempo ha sido ahora pulverizado por una mole de más de 2,3 toneladas, el Range Rover SVR, a cuyos mandos iba el piloto Ho-Pin Tung. ¿El tiempo? 9 minutos y 51 segundos, cuarenta segundos más rápido que el 458 Italia, marcando así un nuevo récord -no oficial- del que hay vídeo on-board. En él se puede apreciar lo intrincado de la carretera y el juego de manos que ello implica, la belleza del paisaje y lo cerca que está el abismo. ¿Dónde está el truco? ¿Cómo es posible haber batido a un coche tan bueno dinámicamente como el Italia?
Evidentemente, a los mandos del Range no iba un cualquiera. Ho-Pin Tung tiene en su palmarés, entre otras cosas, una victoria en su categoría (2º puesto en la general) en las 24 Horas de Le Mans de la pasada edición. A eso hay que sumar la inmensa capacidad de tracción del Range Rover SVR, que tiene uno de los sistemas de tracción total más avanzados del mundo. Gracias a él se consiguen transmitir al suelo con efectividad los 575 CV de potencia y 700 Nm que es capaz de generar el V8 de 5.0 litros sobrealimentado. Un cóctel entre piloto, potencia y tracción que no estaría completo sin añadir la puesta a punto que Land Rover ha hecho sobre su modelo más potente, con una suspensión que en esta versión ayuda a disminuir el balanceo de la carrocería, así como el cabeceo en aceleraciones y frenadas, y que hacen del Range Rover SVR un auténtico misil.