En el mundo del motor, hay una serie de marcas a las que los más ‘petrolhead’ muestran sus respetos: una de ellas es Singer. Para los amantes de los coches y, en concreto, de Porsche y de su Porsche 911, el estudio californiano es el culmen de la perfección: muchos únicamente pueden soñar con sus creaciones y tan sólo un puñado de afortunados se las pueden permitir. Lo que todos pueden hacer es colarse en su nueva fábrica con este vídeo que abre las puertas de ese lugar donde algunos sueños se hacen realidad.
Ha pasado catorce años desde que Rob Dickinson fundó Singer en Los Ángeles: comenzaron en una modesta y pequeña tienda situada en el californiano Valle de San Fernando. Ahora, Singer Vehicle Design se ha convertido en el principal restaurador del Porsche 911 964 y su reconocimiento es global: sus creaciones crean un perfecto equilibrio entre el clasicismo y la modernidad… y ya superan, sin mucho problema, el millón de dólares.
Una nueva fábrica
Porsche 911
A pesar de su rápido crecimiento en los últimos años, permanece el espíritu original que convirtió a Singer en algo especial. Esta expansión ha hecho que las instalaciones que tenía se hayan quedado pequeñas: necesitaban más sitio y han dado forma a una fábrica, donde pueden llevar a cabo todos sus procesos y operaciones bajo el mismo techo.
No hace mucho que Singer ha inaugurado sus nuevas instalaciones en Torrance (California) y Top Gear ha tenido la oportunidad de conocerlas: una visita que ha estado guiada por Mazen Fawaz, director ejecutivo de la compañía.
Comienza la función
En el vídeo que acompaña a estas líneas, muestran cómo es el proceso para concebir un Porsche 911 firmado por Singer: todo comienza, curiosamente, fuera de las nuevas instalaciones porque el primer paso es desmontar todo el vehículo y limpiar cada una de las piezas para asegurarse de que están en perfecto estado antes de regresar a la fábrica.
Es entonces cuando empieza la magia. Cada Porsche 911 tiene una carrocería hecha, totalmente, con fibra de carbono. Varios artesanos se aseguran de que todo en ella esté en su correcto lugar antes de mandarla al taller de pintura, uno de los nuevos departamentos que han llegado con el cambio de sede.
A continuación, un equipo de especialistas en interiores revisa el habitáculo para que cumpla con las especificaciones indicadas cada cliente. Normalmente, piden numerosos revestimientos de cuero cuajados de detalles: no sorprende, por lo tanto, que este proceso de verificación lleve su tiempo.
No queremos entrar en detalles para no desvelaros todo lo que ocurre entre esas paredes. Antes de hacer ‘click’ en el ‘play’ sólo os recordaremos que los Porsche 911 de Singer que allí se fabrican superan, sin mucho problema, el millón de dólares. Y a pesar de ello, la lista de espera es de cuatro años: cuando veáis la cantidad de trabajo que implica cada creación y el tiempo que dedican a cada vehículo, entenderéis por qué.