Que el Dodge Challenger SRT Demon es una de las bestias del momento es algo fuera de toda duda. Con 852 CV y el único objetivo de ser el más rápido en el cuarto de milla, Dodge y SRT crearon una todavía más salvaje especificación del Dodge Challenger. De entre sus muchas mejoras, posiblemente la más importante sea su propulsor 6.2 V8 sobrealimentado capaz de desarrollar 852 CV, por ello, qué mejor forma de conocer a esta obra de arte de la mecánica que a través de un vídeo en timelapse de la fabricación del motor V8 del Dodge Challenger SRT Demon.
¿Sabía que faltó muy poco para que nunca existiesen los Hellcat y Demon? Aunque pueda parecer una locura a día de hoy, sí que existió un momento en donde el proyecto para dar vida a los Hellcat y Demon estuvo más muerto que vivo. Pero por suerte no solo hemos conocido al Hellcat, sino que también hemos conocido al Demon, siendo esta la específación más extrema que haya lucido nunca el Dodge Challenger hasta la fecha.
Los amigos de Hagerty son los artífices de este vídeo donde a través de un timelapse descubrimos cómo es fabricado cada uno de los motores V8 que dan vida al Dodge Challenger SRT Demon. Se trata de un formato de vídeo muy interesante que además recibe el nombre de Redline Rebuild, donde se muestra todo el proceso de ensamblando o reconstrucción de motores. Para los amantes de la mecánica, entre los que me incluyo, se trata de toda una obra de arte en donde se pueden descubrir muchos detalles y curiosidades sobre el propulsor.
Sin ir demasiado lejos, este 6.2 V8 con la friolera de 852 CV sorprende por su enorme simplicidad. Estamos ante un motor de la tipología HEMI de Dodge-Chrysler en donde se recurre a una arquitectura clásica, con un solo árbol de levas (OHV) en el interior de la «V», y encargado de accionar las enormes 16 válvulas mediante varillas y balancines. Con el onjetivo puesto en la máxima simplicidad y robustez para soportar potencias muy elevadas, Dodge y SRT fueron fieles al espíritu americano y añadieron un enorme compresor volumétrico con el que poder hacer el cuarto de milla en unos impresionantes 9,65 segundos.