Si jamás has utilizado el pie izquierdo para frenar será mejor que no intentes hacerlo. Y si lo haces, que sea alejado del tráfico, en condiciones controladas y a muy baja velocidad. Si alguna vez lo intentaste te habrás dado cuenta del gran problema que nos plantea frenar con el pie izquierdo. Los que hemos aprendido a conducir con un cambio manual acostumbramos a utilizar nuestro pie izquierdo para desembragar, para pisar un pedal con un recorrido muy diferente al del pedal del freno y con una acción muy diferente a la que habitualmente empleamos para frenar. Con lo cual, nuestra primera experiencia frenando con el pie izquierdo puede traducirse en clavar los frenos y, con suerte, no estampar nuestra cabeza contra el volante. ¿Pero por qué en muchos vídeos de conducción deportiva y competición el piloto en ocasiones frena con el pie izquierdo?
El peligro de que un conductor poco avezado clave los frenos al intentar pisar el pedal con el pie izquierdo se extiende, también, al momento en que un conductor novato con cualquier otro coche que no sea uno con cambio manual se enfrenta a la conducción de un coche automático. Mi consejo, en estos casos, suele ser apretar ligeramente el pie izquierdo sobre el reposapiés izquierdo y tratar de concentrarse en el cambio del pie derecho del acelerador al freno al llegar a una intersección, un Ceda el Paso, o un Stop, que son puntos especialmente problemáticos.
En condiciones normales debemos utilizar el pie derecho para acelerar y frenar, independientemente de que el coche sea automático o manual. Pero en condiciones en las que prima nuestra rapidez y agilidad, pronto nos encontraremos con un problema, en el proceso de cambiar nuestro pie derecho del pedal del acelerador al freno estamos perdiendo tiempo.
Esa es una de las razones, más esenciales, por las cuales a menudo se emplea la frenada con el pie izquierdo en competición y en conducción deportiva. Pero eso no es todo.
En el vídeo que ilustra esta entrada, de una escuela de conducción, el objeto de frenar con el pie izquierdo va más allá de reducir el tiempo que perderemos al pasar nuestro pie derecho del pedal del acelerador al freno. Y como veremos tiene consecuencias en la velocidad con la que un piloto puede afrontar un tramo. En condiciones deportivas, y especialmente en un terreno tan complejo como un tramo de nieve, no solo es importante el control absoluto del freno y el acelerador, tener una gran precisión y tocar los pedales en el momento oportuno. También es sumamente importante la transferencia de masas. Resumiéndolo muy rápida y superficialmente, el movimiento que hace que el frontal de tu coche se hunda ligeramente cuando tocas el freno y que en ciertas condiciones – especialmente con un terreno deslizante y a gran velocidad – ayuda a estabilizar o desestabilizar tu coche para deslizar o para facilitar que este se introduzca y vaya redondeando la curva. Es ahí donde esta técnica tiene mayor sentido.
Pero de nuevo estamos ante una técnica que, como otras muy populares en conducción deportiva, como el punta tacón, solo deberían emplearse por gente experimentada y en condiciones normales no deberían emplearse a diario en carreteras públicas.
Vía: Jalopnik
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