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Aprender a conducir el Mercedes-AMG One es más complicado que comprarlo (+Vídeo)

Cuando el Mercedes-AMG One fue concebido, el objetivo era llevar un coche de F1 a la carretera y, para ello, eligieron un motor que es (casi) idéntico al que usan las ‘flechas’ plateadas de Hamilton y Russell. A juzgar por el vídeo del ‘youtuber’ Rana65556 conducir el Mercedes-AMG One es, incluso, más complicado que comprarlo… y cada una de las 272 unidades cuesta 2,75 millones de dólares (2,68 millones de euros, según el cambio actual).

Hace poco, la marca organizó un evento de conducción para los afortunados propietarios de este superdeportivo: el objetivo era enseñarles todos los sistemas del coche y cómo tiene que usarlos. Después de ver las imágenes, queda claro que el Mercedes-AMG One es uno de los modelos más complicados jamás vendidos: su aerodinámica activa y la presencia de esos cuatro motores eléctricos podían dar una pista del reto que supone ponerse al volante.

Mercedes Amg One

El concepto

Antes de analizar cómo debe ser conducir un Mercedes-AMG One vamos a recordar cómo es: está equipado con un V6 turbo de 1.6 litros, que está atornillado directamente al chasis monocasco de carbono y es, esencialmente, el mismo que se usa en los monoplazas de Mercedes. Con diferencias, eso sí: las revoluciones han sido limitadas (llega a 11.000 rpm y no a 15.000 rpm como el de la F1) y cuenta con un catalizador para controlar las emisiones de forma específica.

Ese motor forma equipo con cuatro bloques eléctricos (dos acoplados al bloque térmico y otros dos al eje delantero) y su pareja de baile es una transmisión secuencial de siete relaciones. El Mercedes-AMG One desarrolla una potencia máxima combinada de 1.063 CV… que no es fácil manejar.

Mercedes Amg One Goowood 03

Conducir un Mercedes-AMG One

A la hora de ponerse en marcha comienzan las complicaciones: subirse al coche es el primer reto. El conductor debe ajustar los pedales a su posición de conducción con la palanca roja que está situada entre sus piernas: cuando se tira de ella es posible, con los pies, ajustar su profundidad. Irónicamente, el ajuste del volante es ‘normal’ si es que esta palabra entra dentro del vocabulario del Mercedes-AMG One.

El siguiente desafío está protagonizado por los seis modos de conducción: EV, Individual, Race, Race Safe, Race+ y Strat 2. Cambiar la configuración es tan sencillo como girar la rueda que hay en el volante… pero la cosa cambia cuando elegimos el Race+: para activarlo debemos haber elegido previamente el Race, pisar el freno, presionar el botón ‘N’ del volante, girar, una vez más, la rueda de los modos a la derecha y mantener presionada la leva derecha del volante hasta que se oye un ruido sonido.

El conductor sabrá que lo ha hecho todo bien cuando note que la posición de conducción desciende y entran en acción los elementos de la aerodinámica activa como, por ejemplo, el alerón trasero que emerge de la carrocería.

Dentro de Race+ nos encontramos con cuatro modos para controlar cuánta energía eléctrica queremos usar sobre el asfalto: mención especial se merece el Strat 2 con el que el Mercedes-AMG One empleará toda la energía de la batería en una sola vuelta para poder obtener el mejor tiempo posible. Y con el modo Pass podremos cambiar a la marcha más baja posible para lograr el máximo rendimiento de aceleración.

El precio de tener un F1 de calle

La curva de aprendizaje del Mercedes-AMG One promete ser interesante, pero plantea una duda: ¿cuántos de sus dueños lo conducirán realmente teniendo en cuenta esto y que, por ejemplo, el motor de combustión debe reconstruirse cada 50.000 kilómetros? Todo esto resulta abrumador, pero es, también, el precio extra que debes pagar si quieres tener un Fórmula 1 de calle.

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Elena Sanz Bartolomé

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