El Bugatti Veyron marcó un antes y un después. Hoy, todavía, es un superdeportivo que sigue sorprendiéndonos. El vídeo que acompaña a estas líneas pone bajo los focos las llantas y los neumáticos del modelo francés: ¿queréis saber cómo son por dentro unas piezas que cuestan varios miles de euros? Es hora de dar al ‘play’.
Las ruedas del Bugatti Veyron
El mantenimiento de un Bugatti Veyron está a la altura de un modelo tan superlativo. La marca aconseja sustituir los neumáticos cada 16.000 kilómetros: un cambio que tiene una factura en torno a los 27.000 euros.
Una cifra que incluye el traslado en avión de las ruedas, el montaje, el equilibrado y el inflado en la fábrica de Molsheim (Francia). El proceso es ejecutado por especialistas que no sólo montan las gomas, también las pegan y las sellan a las llantas: esta operación se lleva a cabo para evitar problemas cuando el Bugatti Veyron alcanza altas velocidades.
Las llantas del Bugatti Veyron
Bugatti recomienda, además, cambiar las llantas del Bugatti Veyron cada dos años: ¿cuánto puede costar un juego? Depende de lo que te quieras gastar porque las puedes encontrar por unos 10.000 euros y también llegar a gastarte 40.000 euros… en cada una de ellas.
Los chicos del canal de YouTube Waterjet Channel muestran una firmada por OZ Racing para Bugatti y valorada en 25.000 euros, cifra que se va hasta los 35.000 si añadimos el neumático Michelin de la Serie 365 especialmente fabricado para el Bugatti Veyron. Sin embargo, la rueda no es nueva porque la fecha que aparece grabada en el flanco desvela que es de 2016: no, no han seguido los plazos de mantenimiento establecidos por la marca.
¿Cómo es por dentro una rueda del Bugatti Veyron?
Los autores del vídeo desvelan que Bugatti es muy minuciosa con las ruedas de sus coches y las someten a una inspección de rayos X en cada cambio de llanta para comprobar si existe hasta el más mínimo desperfecto. En este caso la revisión es un poco más radical porque exponen la llanta y el neumático del Bugatti Veyron ante un cortador por chorro de agua. Un método que consigue cortar cualquier material: también el aluminio y el caucho.
Su misión no es otra que averiguar si una llanta del Bugatti Veyron, que cuesta 25.000 euros, es diferente a las que suelen llevar los vehículos más terrenales. En diez minutos el corte está hecho y sentimos decepcionaros, pero no hay nada increíblemente extraordinario en el interior: sigue siendo una llanta de aluminio. Eso sí, hay algunos aspectos interesantes que vale la pena mencionar como el aro interior capaz de soportar el neumático en caso de sufrir pinchazo: el resto de curiosidades tendréis que descubrirlas vosotros.