Nürburgring es para los ‘petrolhead’ lo más parecido a un parque de atracciones del motor y para las marcas se ha convertido en el mejor escenario para poner a prueba tanto sus nuevos modelos como algunos de los equipamientos más innovadores. Hasta Alemania se ha ido Tesla con un objetivo claro: poner a prueba el aerofreno de su Tesla Model S Plaid. Si quieres ver cómo se las gasta el coche eléctrico de Elon Musk… sólo tienes que dar al play.
El ‘Infierno Verde’ ha dado la bienvenida a la versión más radical del Tesla Model S. Impulsado por esos tres motores eléctricos que prometen proporcionar una potencia máxima de unos 1.115 CV y la posibilidad de pasar de 0 a 100 km/h en menos de 2,1 segundos, hay varias cosas que nos llaman la atención en el vídeo que acompaña a estas líneas.
Tesla Model S
En primer lugar, el Tesla Model S Plaid parece que ha sido rebajado (aún más) y presenta cambios en el frontal. El centro luce un diseño más uniforme con dos líneas que parecen tener una misión clara: dirigir el aire hacia los frenos delanteros, que, igual que los traseros, parecen haber aumentado de tamaño. No obstante, todas las miradas de Nürburgring se han centrado, inevitablemente, en la parte trasera.
El aerofreno del Tesla Model S Plaid
La razón salta a la vista: un enorme alerón que le proporciona un aspecto más radical y marca las diferencias. Estética aparte, este elemento cumple una importante función aerodinámica porque no es un alerón más: se trata de un aerofreno, una pieza común en las competiciones del mundo del motor que algunas marcas han decidido adaptar a determinados modelos.
Conocido también como freno aerodinámico o activo, se trata de un sistema capaz de generar una fuerza aerodinámica resistente que el conductor puede controlar para modificar, gradualmente, la frenada. Han sido diseñados con distintas formas, dimensiones y mecanismos para lograr, así, múltiples capacidades de frenada.
Cambio de posición
En el caso concreto del Tesla Model S Plaid, el aerofreno que monta puede cambiar su posición dependiendo del ritmo que lleve coche: se retrae y también cambia su ángulo. De esta manera se convierte en un aliado en las curvas o en las frenadas ya que genera una resistencia adicional y echa una mano al vehículo a la hora de reducir la velocidad más rápido. Y por si esto fuera poco, en las rectas, cuando alcanza altas velocidades, su presencia no perjudica.
Y como la práctica siempre es mejor que la teoría, os dejamos con el vídeo del Tesla Model S Plaid en Nürburgring. El eléctrico aparece en escena a partir del minuto tres, pero permitidme un consejo: disfrutad de los diez minutos porque en vuestras pantallas aparecerán auténticas joyas como, por ejemplo, un Porsche 959, un Mercedes AMG Project One, un Honda Civic Type R o un BMW M240i… entre otros. ¿Necesitas más motivos para darle al play?
Imágenes: Superdeportivos