Te gustan los coches y la competición, pero no puedes conducir tu coche al límite como te gustaría, y tampoco hay carreteras donde poder hacerlo con tranquilidad y seguridad. Quizá hayas probado alguna vez algún juego de coches, pero en un entorno en el que saber conducir no es realmente lo más importante. Pero, ¿has probado un simulador de verdad?
Aún siendo un mundillo bastante minoritario en el océano digital y de los videojuegos, la simulación de coches está dando un enorme salto en el terreno digital en los últimos años. El avance en los componentes permite poner los ordenadores al límite y los programas. Los simuladores son cada vez más avanzados.
De los videojuegos de coches a los simuladores
Cuando hablamos de simulación de conducción, y aún más de competición, se trata de conducir bien, de pilotar, y cuanto más alta sea la inmersión, más altas van a ser las prestaciones. Por esta razón, olvida de antemano los mandos de consola o teclados. Necesitas un volante.
En el mercado hay mucha variedad de volantes, desde los más sencillos hasta los más profesionales. Es básico que el volante disponga de FFB (Force Feedback) que permite transmitir al volante las fuerzas generadas por el simulador. Puedes encontrar volantes muy sencillos a partir de los 200€, llegando a precios por encima de los 2000€ en el caso de los más profesionales.
Los simuladores pueden transmitir cualquier detalle del asfalto y los neumáticos, de manera que cuanto mejor sea el volante, más vas a disfrutar de la experiencia. Los volantes más asequibles cumplen esa función, pero sólo hasta un límite. Cuando el simulador y el volante supera una fuerza determinada, ya no hoy más, con lo que se pierden muchos detalles.
Con volantes más complejos se llegan a saborear realmente los detalles de los buenos simuladores y las sensaciones de conducir: la dureza de la dirección, la sensación de derrapar o patinar, las transferencias de pesos, las vibraciones, el subviraje…
No olvides los pedales. Son tan o más importantes que un buen volante y es todo un mundo a parte, que ya trataremos en otro post. Por ahora, sólo decir que para un inicio en la simulación servirá cualquier set de pedales. La experiencia determinará más adelante que tipo de pedal necesitas para tu simulador.
Y luego está el simulador. Aquí hay mucho donde escoger, en función de si prefieres una experiencia más basada en las sensaciones, en la simulación pura o en la competición online.
Descartamos los “juegos” de autos de choques y otros juegos arcade en los que el saber conducir no importa realmente, e incluso aquellos que se pueden jugar con un mando o el teclado. En un simulador se trata de tener un volante entre las manos y conducir o hacer carreras. En próximos artículos detallaremos algunos de Los 6 mejores simuladores del mercado.
Por lo demás, un buen pc y una buena pantalla (cuanto más grande mejor). También pueden ser tres pantallas o incluso gafas de realidad virtual. En las consolas también hay simuladores, pero no todos en todas las plataformas, mientras que en un PC puedes tener todos los simuladores y, lo que es más importante, te permite configurar muchos parámetros, algo necesario para sacarle todo el partido a tu experiencia virtual.
