Cada vez estamos más cerca de saber lo que ocurrirá con el futuro de Volkswagen en Alemania, pues queda tan solo una semana para llegar a esa fecha límite del 30 de noviembre para las negociaciones entre la marca y sus trabajadores, respaldados por el sindicato IG Metall. Hasta tres plantas están en riesgo de cerrarse, aunque bien podrían convertirse para otros fines o venderse a otras empresas de manera que seguiría habiendo trabajo en dichas fábricas.
Las tres plantas de Volkswagen que podrían cerrarse, aunque existen otras posibilidades
Este jueves 21 de noviembre se ha iniciado la tercera ronda de negociaciones en Wolfsburg, buscando solución para conservar las seis plantas donde trabajan en total 300.000 empleados para el Grupo Volkswagen. Se han hablado de varias medidas, como renunciar a bonificaciones de empresa, el 10% de recorte de salario que impondría Volkswagen o un fondo para financiar una reducción de horas de trabajo. Existe el riesgo de que, en caso de cerrarse fábricas, los trabajadores salgan a las calles en huelgas masivas.
De ocurrir esto, sería la primera vez en 87 años que Volkswagen cierra una fábrica en su país natal, además de no haber cerrado una planta en todo el mundo desde 1988, cuando cerró su planta de Pensilvania. Parte de estas dificultades y de un último informe trimestral con bajos ingresos viene de una competencia mucho más fuerte en el mercado chino, donde desde hace décadas los fabricantes europeos encontraron una mina de oro en un país donde el mercado prácticamente duplica el de toda Europa.
Según Bloomberg, hay tres fábricas que están en riesgo. La primera de estas plantas vulnerables es la de Emden, donde trabajan 8.600 empleados en modelos eléctricos como el Volkswagen ID.4 o el ID.7. Hay que recordar que precisamente uno de los grandes problemas que ha llevado a Volkswagen a esta situación, ha sido el estancamiento de la demanda de coches eléctricos en Europa (Automotive News Europe).
Otra fábrica vulnerable es la de Osnabrück (con 2.300 trabajadores), donde se fabrica el Volkswagen T-Roc descapotable y los Porsche 718 Cayman y 718 Boxster. La próxima generación de los dos Porsche de motor central se pasará a Stuttgart-Zuffenhasen mientras que el T-Roc terminará su producción en 2025. El caso de Dresden es diferente: es una planta de 340 empleados donde se fabrica el Volkswagen ID.3, una planta que no tiene la capacidad de producir a unos niveles de costes efectivos.
Existe la posibilidad de vender las fábricas o fabricación por contrato
Sobre la mesa está la opción de venderlas o utilizarlas para acuerdos de fabricación por contrato. Si no hay acuerdo entre ambas partes – y los sindicatos mantienen su demanda de aumentar un 7% los salarios además de proteger todas las fábricas – podría haber huelgas a partir del 1 de diciembre. En Alemania es común ver a los sindicatos organizar huelgas temporales para provocar presión en caso de que no haya acuerdo entre ambas partes.
Hay que remontarse hasta 2018 para la última gran huelga de los trabajadores de Volkswagen, cuando más de 50.000 trabajadores salieron a las calles para reclamar por sus condiciones laborales. Ahora se enfrentan a una medida de recorte casi salvaje, que necesita la marca (en Alemania es donde más coste de producción tienen) para mantenerse en todos los ámbitos como el grupo líder en la industria del motor en Europa.