El mayor avance en electrificación está cada vez más cerca, una mejora sustancial en cómo entendemos el coche eléctrico y todo cuanto le rodea. Hablamos de la esperada solución para erradicar los problemas de autonomía y tiempos de recarga en los vehículos eléctricos, además de un elemento clave para reducir el precio en el largo plazo. Pues bien, Volkswagen ya experimenta con esta tecnología revolucionaria y los resultados obtenidos son mucho mejores de lo esperado.
Adiós problemas de autonomía y degradación
Si hablamos de revolución en el vehículo eléctrico, hablamos sin duda de las baterías de estado sólido. Esta tecnología, que está aún en fase de desarrollo y experimentación, aunque con una previsión de producción en serie entre 2026 y 2030, nos demuestra casi que cada día las posibilidades que nos brindará y cómo cambiará para siempre el vehículo eléctrico.
Gracias a una muy superior densidad energética frenta a las baterías convencionales, las baterías de estado sólido prometen ofrecer autonomías de 1.000 Km a través de acumuladores de un mucho menor volumen y peso. Todo esto tiene un notable impacto positivo en los vehículos eléctricos, pues gracias a este aumento en la densidad energética, no sólo podremos disfrutar de autonomías más elevadas, sino también de consumos más ajustados.
Pero aún nos quedaba por conocer el comportamiento de estas baterías en cuanto a la recarga, pues si bien sabemos que las baterías de estado sólido serán compatibles con potencias de carga muy elevadas (500-600 kW), aún quedaba por descubrir cómo afectará el uso de semejantes potencias a estas baterías, pues la degradación de los acumuladores es un factor muy importante que debemos tener presente.
Pues bien, el grupo Volkswagen a través de su filial PowerCo, acaba de hacer públicos los resultados de sus ensayos con baterías de estado sólido. Estos estudios han tenido como objetivo analizar el comportamiento de este tipo de baterías durante la recarga, y para ello se ha sometido a estas baterías a más de 1.000 ciclos de carga, comprobando que la degradación apenas ha llegado al 5%. Para hacernos una idea de la magnitud que supone hablar de 1.000 ciclos de carga, según Volkswagen esto sería el equivalente al uso de un coche eléctrico durante medio millón de kilómetros.
Si bien las predicciones de degracación de estas baterías eran positivas a tenor de lo ya visto en otros fabricantes de coches y de celdas, se hablaba de un 20% de pérdida de capacidad tras 700 ciclos de carga, los resultados obtenidos por PowerCo son sensiblemente mejores.
De hecho, a título comparativo para ver la evolución en cuanto a tecnologías de baterías, merece la pena recuperar el estudio realizado por el ADAC a un Volkswagen ID.3. En este estudio, el ADAC analizó la degración de la batería del ID.3 tras 100.000 Km y un uso recurrente de puntos de carga rápida, descubriendo que la pérdida de capacidad en el acumulador alcanzaba el 7%.
Fuente: AutoNews
