Como síntoma más evidente de la crisis de la industria del automóvil en Europa en la que nos encontramos, el mayor fabricante del continente está en una situación peliaguda que afecta de lleno a los más de 300.000 empleados que tiene en Alemania. Una situación que enfrenta a cúpula con sus propios trabajadores, que luchan por mantener vivas sus fábricas pese a que se venden 2 millones de coches menos que antes de la pandemia.
Volkswagen, la que más porcentaje de ganancias destina a sueldos de empleados
Los trabajadores de Volkswagen, respaldados por el sindicato IG Metall, siguen tratando de negociar una solución con la que superar esta crisis que podría llevar al cierre de hasta tres plantas del fabricante en Alemania (aparte del más que posible cierre de la fábrica de Audi en Bruselas si no llegan a un acuerdo con un inversor). En todos los escenarios que contempla Volkswagen por ahora, al menos se cerraría una de sus fábricas para tratar de contener costes y mantener el margen de beneficios que necesitan.
A nivel global, el Grupo Volkswagen destinó en 2023 el 15,4% de sus ganancias a los salarios de todos sus trabajadores, desde puestos de oficina hasta el último operario de cada fábrica. En comparación, Porsche destina el 12,7%, Mercedes-Benz el 10,9%, Stellantis el 10,1% y BMW el 9,5%. Parte de ello se debe a que muchísimos de los componentes y software de Volkswagen se hacen de manera interna (Reuters).
Casi el 45% de los trabajadores de Volkswagen – grupo líder del mercado en Europa desde hace casi 20 años – está en Alemania, donde la media salarial es de 62 € la hora, una media que ha subido un tercio con respecto a las cifras de hace diez años. Los sindicatos pedían un aumento del 7% del salario de los trabajadores mientras que Volkswagen apuntaba a un recorte del 10%. Ahora los trabajadores son quienes ofrecen ceder hasta 1,5 mil millones de euros, con la condición de que no se cierre ninguna de las plantas de Volkswagen en Alemania (Reuters).
Ambas partes llevan tres días negociando a contrarreloj para encontrar una solución que sea satisfactoria para el ahorro de costes (necesario para afrontar la ofensiva procedente de China) tratando de evitar como sea el cierre de fábricas. La fecha límite es el 30 de noviembre – y si la decisión final implicase el cierre de al menos una fábrica, IG Metall ha avisado de que entrarían en un conflicto con sus trabajadores inédito desde hace décadas.
Volkswagen quiere recortar 17 mil millones de € en gastos
¿Cómo se ha llegado a esta situación? Además de unas inversiones y decisiones de gestión desacertadas, así como una menor demanda de coches en Europa y la llegada de rivales chinos capaces de producir a menor coste y con tiempos de desarrollo más fugaces, los costes y la propia burocracia alemana han sido señaladas como causas de esta situación. Los ejecutivos de Volkswagen no esperan que se vuelva a los niveles de demanda previos a la pandemia, lo que implica un exceso de capacidad productiva con el coste que ello supone (el caso de Bruselas es el más evidente).
Si bien el objetivo es salvaguardar todas las fábricas de Volkswagen en Alemania, prácticamente se da por sentado que habrá recortes en los puestos de trabajo dado que el objetivo es recortar 17.000 millones de gastos (Automotive News Europe). La propuesta de IG Metall implica renunciar a todas las bonificaciones tanto para 2025 como para 2026, entre otras medidas que ahorrarían millones de euros al gigante alemán.