No os voy a mentir: el Volkswagen Golf R de octava generación me gusta bastante más que la anterior entrega. Así quedó patente en la comparativa entre los Golf R y GTI Clubsport que realizamos David Clavero, Sergio Álvarez y un servidor hace un año. Y un año más tarde, los de Wolfsburgo rizan más el rizo con el Volkswagen Golf R 20 Years, una edición especial que conmemora los veinte años de vida del R y del que quiero explicaros por qué considero que es una oportunidad «perdida».
Mi compañero y amigo Sergio hizo, bajo mi parecer, un magistral artículo sobre el Golf R cuando esté salió. En su momento estaba muy de acuerdo con sus palabras y lo sigo estando a día de hoy y no porque considere que el máximo exponente del Volkswagen Golf sea un mal coche, sino porque ha perdido personalidad con el paso de los años. Pensaba que la excusa de crear una variante para conmemorar sus 20 años de vida iba a ser idónea para romper esa situación, pero no ha sido así.
Por qué el Volkswagen Golf R 20 Years es una oportunidad «perdida»
Volkswagen Golf
Pero antes de exponer mis razones vamos con un poco de historia. Fue en el año 2002 cuando Volkswagen decidió poner un escalafón por encima del mítico GTI y de sus diferentes variantes. Fue así como nacía el Volkswagen Golf R32 de la mano de la cuarta entrega del compacto teutón, y que integraba un VR6 atmosférico de 3.2 litros, un motor con una serie de características que lo hacían bastante diferente a un V6 estándar.
En busca de introducir un motor V6 en un vano ideado para motores de cuatro cilindros, los ingenieros de Volkswagen tuvieron que hacer encaje de bolillos. Es por ello que la V se encuentra a 15º y el motor cuenta con una única culata. Y es por ello que adquiere la «R» en su denominación, haciendo alusión a la palabra en alemán reihenmotor que significa, literalmente, motor transversal.
Era y es un motor especial que desarrollaba 241 CV y 320 Nm de par, cifras arropadas por un sonido celestial que me sigue haciendo suspirar hoy en día. Aunque en un principio el R32 iba a ser una edición especial, el éxito fue tal que Volkswagen decidió abrir su producción y no limitarla. Fue por ello que pudo existir el Volkswagen Golf R32 V, modelo que repetía receta con el VR6 atmosférico de 3.2 litros pero con la potencia elevada hasta los 250 CV, manteniendo la tracción total.
La situación cambió del Golf VI en adelante, perdiendo el número 32 para pasar a llamarse Golf R. ¿Por qué? Porque ahora recurría a un cuatro cilindros de 2.0 litros sobrealimentado por turbo que se ha empleado en el VII y en el VIII con evoluciones de potencia. No me malinterpretéis: es un motor que empuja mucho, que se siente muy lleno y que es más eficiente que el VR6; pero carece de personalidad.
Teniendo en cuenta que el Volkswagen Golf R 20 Years se ha creado para conmemorar los veinte años de vida de la saga, creo, bajo mi humilde opinión, que podrían haber aprovechado para hacer algo diferente. Pero la realidad no es otra que una serie de distintivos estéticos como espejos retrovisores pintados en azul, anagrama específico de 20 Years, llantas pintadas en azul y un equipamiento de serie bastante generoso.
El punto álgido del Golf R 20 Years reside en su apartado mecánico, donde se han limitado a aumentar la potencia del 2.0 TSI, pasando de los 320 CV a los 333 CV. Y es ahí donde veo la oportunidad perdida, especialmente si tenemos en cuenta que se trata de una versión que va a estar a la venta durante solo un año; es decir, tiene cierto grado de exclusividad.
¿No podría haber sido esta la excusa perfecta para hacer algo realmente diferente? No digo que se recupere el VR6, que sé que es complicado por no decir imposible; pero teniendo en cuenta que Audi cedió a ofrecer su cinco cilindros a CUPRA para crear el Formentor VZ5, variante que recordemos que también tiene una producción limitada, podrían haber ido por ahí los tiros con el Volkswagen Golf R 20 Years.
Insisto, no dudo de la eficacia y buen hacer de este Golf R sobre el asfalto, pero dado su pasado y lo que implica esta variante del mismo, habría sido muy interesante encontrarnos con un verdadero punto diferenciador. Sí, existen los márgenes de beneficio y ciertas cláusulas internas que hacen que no todo se pueda compartir en el Grupo Volkswagen, pero me temo que los compactos deportivos con personalidad tienen los días contados.