La evolución de los compactos deportivos es, hasta cierto punto, estremecedora. Cuando hace treinta años un servidor gateaba en pañales, Porsche acababa de presentar su flamante Porsche 911 964. Con 3.6 litros, el motor bóxer de seis cilindros refrigerado por aire entregaba 250 caballos y aceleraba de 0 a 100 kilómetros por hora en 6.6 segundos gracias a un sofisticado sistema de tracción total.
Tres décadas después, muchos compactos-deportivos ofrecen unas cifras que, antaño, estaban reservadas sólo para los más pudientes. Y eso es lo que hemos venido a comprobar en una perdida carretera con curvas de la sierra de Almería. Ante nosotros están las versiones más picantes de dos de los modelos más vendidos del mercado: SEAT León Cupra R y Volkswagen Golf R.
SEAT León
Bajo el capó, ambos cuentan con el mismo propulsor del grupo Volkswagen: un 2.0 TSI de cuatro cilindros turboalimentado, que sube hasta 310 CV, mejorando en dos segundos la aceleración de 0-100 kilómetros por hora con la que nos sorprendía el Porsche 911 964 de finales de los ochenta…
Ambos coches resultan bastante atractivos, pero el SEAT León Cupra R no deja de ser un modelo muy especial. Se trata del coche más rápido de la historia de SEAT, del que sólo se han fabricado 799 unidades a nivel mundial –todas ellas con su correspondiente placa numérica en la consola central– y sólo 40 de ellas son para nuestro mercado.
Prestacionalmente, como podrás imaginar, las cifras son idénticas. Ambos comparten un par máximo de 380 Nm y su velocidad máxima está limitada electrónicamente a 250 km/h. Sin embargo, el Golf R hace el 0 a 100 km/h en 4.6 segundos, es decir, 1.2 segundos más rápido que el León Cupra R, gracias al empleo de un sistema de tracción total. Y es aquí donde está la principal diferencia entre ambos modelos.
Mientras el Golf R cuenta con un sistema de tracción integral con embrague Haldex (es como si fuera un tracción delantera al que se le añade un plus de seguridad, permitiendo conectar el tren trasero cuando las condiciones meteorológicas no son las mejores y detecta pérdidas de adherencia), el SEAT León Cupra R prescinde de este sistema en pro de un sistema de tracción delantera que equipa un diferencial autoblocante mecánico en el eje delantero, lo que supone un ahorro en la báscula de más de 50 kilos.
En cuanto a precios, nuestro SEAT León Cupra R equipado con la caja de cambios manual arranca en 44.585 euros. En cambio, el Volkswagen Golf R con cambio DSG, cuesta sólo unos euros más, 44.570. La disputa está servida. ¿Merece la pena -a igualdad de precio- disfrutar de un compacto-deportivo con tracción total y cambio de doble embrague con levas en el volante? ¿O será mejor quedarse con uno con tracción delantera y cambio manual?
Vamos a verlo…
Un diseño sobrio frente a otro extremadamente racing
En el plano estético, el SEAT León Cupra R tiene todo nuestra atención. La marca ha instalado un marcado kit aerodinámico, que aumenta la carga aerodinámica hasta un 12,5%. El paquete está compuesto por varios elementos en fibra de carbono que le dan un toque espectacular: un spoiler delantero, taloneras, alerón y difusor trasero funcional, todos ellos en carbono. También hay máscaras aerodinámicas para el portón trasero y unas aletas traseras rediseñadas, que ponen la guinda a una estética amenazadora, y claramente diferenciada de cualquier otro SEAT León.
Sin embargo, no todo es de nuestro agrado: el kit de carrocería realmente es un añadido de plástico sobre la carrocería, algo que no es lo más digno en calidad percibida… por ejemplo, en los pasos de rueda para cubrir el añadido de las vías ensanchadas. Además, los detalles en color cobre de su insignia, en la carcasa de los retrovisores o en las llantas de aleación ligera le confieren un toque… ligeramente… “cani”.
Y, si bien, el SEAT Leon Cupra R resulta excesivamente deportivo, el Volkswagen Golf R peca de todo lo contrario… El problema que tiene el Golf R es que Volkswagen ha vendido el paquete deportivo R a muchos de los que han hecho con el clásico Golf con motor diésel. De no ser por el difusor trasero y los escapes opcionales de titanio Akrapovic (que tienen un diámetro enorme y cuestan casi 4.000 euros), el Golf R pasaría totalmente desapercibido.
En el diseño interior, el Cupra nos sorprende con unos asientos de diseño semibacket y detalles en Alcántara en volante y pomo… pero, en líneas generales, el León Cupra R languidece respecto al Golf R. Tanto por materiales, como por ajustes y tecnología, está un escalón por debajo del Golf.
El Volkswagen Golf cuenta con una pantalla central para el sistema de navegación de ingentes dimensiones y una resolución espectacular, así como un cuadro de mandos completamente digital. Y, a pesar de ser nuestro favorito, del Golf también podríamos señalar ciertas objeciones: como que no exista la posibilidad de elegir asientos semibacket ni siquiera en opción, los recubrimientos en negro piano que siempre parecen estar sucios, así como unos gráficos mejorables del Virtual Cockpit.
¡Vamos a la carretera!
Primero me monto en el León Cupra R. La unidad que hemos traído hasta aquí tiene el cambio manual, algo que, a priori, es de agradecer. Opcionalmente, puede elegirse la caja de cambios DSG de doble embrague con levas en el volante. La posición no es muy baja, pero rápidamente te sientes totalmente integrado en el cockpit.
En el momento en el que sales de cada giro, el SEAT León se muestra muy rápido, con un régimen medio muy potente, lo que le permite alcanzar un muy buen ritmo. En el pasado, si querías ir rápido tenias que llevar al límite el propulsor. Ahora, a partir de las 1.800 vueltas tienes toda la fuerza disponible bajo el pedal.
El sonido está bien y se ve acrecentado por el equipo de audio, que amplifica ligeramente la percepción sonora en el interior del habitáculo. Resulta genial, porque lo hace de una forma tan discreta que su funcionamiento pasa totalmente desapercibido. La dirección es muy directa y la suspensión tiene un set-up bastante rígido que te permite afrontar con gran seguridad los giros más cerrados. La puesta a punto es excelente.
Sin embargo, no me gusta el largo recorrido del pedal de la palanca de cambios, ni del pedal del embrague; este último incluso parece que tiene un retorno excesivamente lento. Ambos parecen extraídos directamente de un León TDI y esto no es una buena noticia para un modelo apellidado Cupra y con pretensiones racing, porque merma la experiencia haciendo que se acumule más trabajo y consiguiendo perder sensaciones en conducción deportiva.
Para mí, el Cupra llegaba a esta comparativa con unos argumentos arrogantes para ser proclamado, sin lugar a dudas, el claro vencedor. Pero esta percepción hace que se diluyan alguna de las expectativas que tenía.
Me cambio de vehículo con mi compañero David Artés, que acaba de bajarse del Golf R y, a su vez, también viene desencantado con el cambio DSG del Volkswagen: “el DSG se siente a veces superado cuando vas a mucha velocidad, incluso a veces te niega retenciones cuando se las pides”.
Tras recorrer los primeros metros a bordo del Golf, la primera sorpresa es que su sonido es mucho más envolvente y potente que el del León Cupra R. Me encanta la banda sonora que aportan los nuevos escapes Akrapovic, que ofrecen un sonido mucho más profundo, y que el SEAT no llega a alcanzar. Hay matices maravillosos con petardeos y detonaciones, que son especialmente pronunciados en las reducciones y los cambios cerca de la línea roja.
En los retrovisores veo cómo el SEAT está pegado a mí. Me parece interesante saber si podré abrir hueco con él. Acelero con fuerza, aprovechando la ventaja de la tracción total para dar gas un poco antes a la salida de los giros. Empiezo a enlazar las sucesivas curvas, consiguiendo separarme del Cupra a la salida de los giros más cerrados.
Aunque el León nunca me pierde la pista y recupera el terreno perdido en la frenada de la siguiente curva. La capacidad de frenado de los nuevos frenos Brembo y la forma que tienen los Michelin Pilot Sport Cup 2 de pegarse al asfalto reducen la diferencia. La verdad es que la capacidad de tracción del León parece tan buena que, un día como hoy sobre asfalto seco, no se echa en falta un sistema de tracción total.
Aunque dinámicamente los dos coches tienen un comportamiento muy parecido en muchos aspectos, hay sutiles diferencias. Para empezar la suspensión del Golf es más blandita, algo que le penaliza en conducción deportiva, pero que contribuye a un mayor confort en el día a día. Y entre dudar por el cambio manual y el DSG no hay color: para mi gusto la opción más acertada en este caso es el cambio automático de doble embrague.
La duda entonces: ¿mejor quedarse con uno u otro?
Las conclusiones del equipo de Diariomotor son claras: el León es mucho más radical en su quehacer, con una puesta a punto prácticamente perfecta, mientras que el Golf es un coche igualmente eficaz, que implica algo menos pero que, a cambio, es más apto para el día a día. Pero… ¿cuál de los dos quedarse?
David Clavero da su voto al Cupra. Piensa que la capacidad de diversión del Golf R es “la mitad que el Cupra”, incluso va más allá y expresa que “la tracción total del Golf R parece un lastre en una situación con pavimento seco”. David Artés es de la misma opinión y cree que el León es, en conducción deportiva, muy superior “por el tacto de la dirección tan directa y precisa, así como por las reacciones del coche”.
Sergio Álvarez cree que un coche como el Cupra R «no tiene que valer para todo: un compacto deportivo es para lo que es” y que sus imperfecciones son las que le dan la personalidad. “Puede tener sus fallos, pero, en conjunto, emociona más. Si estás buscando comprarte un compacto deportivo de 310 CV, estás dispuesto a que sea un coche absolutamente radical».
«La geometría de la suspensiones es mucho más agresiva y dura. Sin ser incómodo, tiene menos concesiones a la comodidad y practicidad”, continúa Sergio. Y, por eso, su favorito es el Cupra: «porque es un coche mucho más radical que el resto de compactos deportivos». Dani Seijo le apoya rotundamente: “el Cupra me parece muy extremo, pero una compra más coherente, porque compras un deportivo y encuentras un deportivo”.
A pesar de tener claro que el Cupra es mejor compacto-deportivo, Juanma García y yo tendríamos ciertas dudas acerca de cuál de los dos nos compraríamos. El problema es que, el Cupra es mucho más extremo y su cambio manual es un despropósito por lo que, si fuera nuestro dinero, quizás la compra más lógica nos parecería el Golf R, que es un coche más apto para el día a día, a pesar de no ser tan deportivo como su rival. Al final, el 85% del tiempo lo usas para hacer cosas normales: ir al supermercado, llevar a los niños al colegio, viajar…
Puntuando cada aspecto de ambos coches, el claro ganador de la comparativa ha sido el SEAT León Cupra R, al que hemos valorado con un 9.3 de media, respecto a un 8.3 del Golf R.
El SEAT León Cupra R es probablemente, uno de los mejores compactos deportivos del mercado. El que consigue una mayor implicación y capacidad de diversión para quien lo conduce. Su puesta a punto es prácticamente perfecta y sólo pequeños detalles como un cambio manual mejorable y unos detalles exteriores dorados -que quizás no sean para todos los públicos-, sean sus únicos puntos discordantes.
¡Enhorabuena SEAT!