¿Sabías que el coche más vendido de Volkswagen no es el Golf? Es el Volkswagen Tiguan, y por esta regla de tres, el coche eléctrico más importante de Volkswagen no será el Volkswagen ID.3, es el nuevo Volkswagen ID.4. Hoy, vamos a analizarlo a fondo, lo vamos a probar, y además de averiguar si este SUV es un digno rival para crossovers eléctricos de la talla del Tesla Model Y o el Ford Mustang Mach-E, vamos a descubrir si puede convertirse en el primer coche de la casa. Te lo contamos por escrito y en una vídeo prueba que encontrarás tras el salto. ¡Acompáñanos!
Diseño amable y con cierto empaque visual
El diseño del Volkswagen ID.4 es mucho más robusto y llamativo que el del ID.3, aún manteniendo un notable aire de familia. Su carrocería de tipo crossover tiene un frontal con más personalidad y una línea lateral estilizada, con una cintura alta. Sus luces LED pueden ser de tipo matricial, y en la zaga equipa unos bonitos LED de efecto tridimensional. Por fortuna, aun teniendo cierto músculo en sus formas y no poca personalidad, no tiene que recurrir a un impacto visual agresivo y enfadado como otros rivales del segmento SUV – algo refrescante a día de hoy.
El Volkswagen ID.4 mide 4,58 metros de longitud, estando a caballo entre las dimensiones de un Volkswagen Tiguan y un Tiguan Allspace. Es casi tan largo, para que os hagáis una idea, como un Toyota RAV4.
Un interior espacioso y diáfano, pero de calidad justa
El interior del Volkswagen ID.4 tiene un claro aire de familia al interior del ID.3, compartiendo una gran sensación de espacio. El diseño de su salpicadero y el fondo plano de la plataforma MEB consiguen que sea un interior diáfano y agradable, además de futurista. Con todo, Volkswagen ha escatimado recursos en las calidades de este habitáculo, posiblemente con el objetivo de abaratar el precio final del producto. Las únicas superficies blandas de todo el interior es la parte superior del salpicadero y la parte superior de las puertas delanteras.
Todo lo demás es plástico duro de buen ajuste, pero de empaque modesto y calidad media. Además, se abusa del negro piano: no solo en torno a la pantalla central, si no que la propia palanca de cambios, el hueco portaobjetos central o los mandos del volante – en esta versión – son de este material tan poco sufrido. La tecnología es idéntica a la que encontramos en un ID.3, con una pequeña pantalla a modo de instrumentación digital y una pantalla de hasta 12 pulgadas en la consola central. Este sistema de infotainment presenta luces y sombras, en mi opinión.
Por una parte, tiene un diseño muy cuidado, gráficos de alta calidad y una visibilidad excelente. Aunque tiene una enorme riqueza de información, su curva de aprendizaje es considerable, su fluidez es mejorable e integra las funciones de climatización en la pantalla. Funciones a las que no es sencillo acceder rápidamente, con controles táctiles que no están retroiluminados y que nos obligan a apartar la vista de la carretera. El sistema de infotainment está siempre conectado a internet y se actualiza de forma inalámbrica.
Las plazas traseras del Volkswagen ID.4 tienen una anchura correcta, y si bien no destacan en espacio para la cabeza – al ir sentados sobre la batería vamos más altos que en otros coches – cuentan con mucho espacio para las rodillas, y un comodísimo fondo plano. Los mimos para los ocupantes son correctos, con la posibilidad de instalar un climatizador de tres zonas y puertos de carga USB-C. El maletero del Volkswagen ID.4 tiene 543 litros, una cifra en la media del segmento. No obstante, carece del maletero frontal del que presumen los Tesla Model Y o Ford Mustang Mach-E.
Al volante del Volkswagen ID.4 1st Max
El Volkswagen ID.4 que estamos probando monta la batería de 77 kWh de capacidad, y el motor más potente, una unidad en posición trasera de 204 CV y 310 Nm de par motor. Sobre el papel, puede hacer el 0 a 100 km/h en 8,5 segundos y tiene su punta limitada a 160 km/h. El Volkswagen ID.4 no tiene un tacto de conducción dinámico: la dirección está muy desmultiplicada y está muy filtrada, además de tener una suspensión abiertamente orientada al confort de marcha. Es un coche en el que disfrutaremos de una conducción silenciosa y suave.
Aunque su aislamiento no es el mejor del segmento, su conducción es especialmente relajante en entornos urbanos. El motor de 204 CV tiene un buen empuje hasta unos 80 km/h, sin tener la contundencia que tenemos en un ID.3, considerablemente más ligero. Con todo, cuenta con el reprise suficiente para que los adelantamientos y recuperaciones sean satisfactorios en un uso habitual. El tacto de freno está bastante bien logrado: la mayor parte de frenadas se harán a base de regeneración, con una deceleración que llega a los 0,25 G. Si queremos un coche más dinámico… habrá que esperar al ID.4 GTX.
El Volkswagen ID.4 GTX será la versión deportiva del ID.4. Tendrá una potencia de al menos 300 CV y contará con dos motores eléctricos, uno por eje. Además de una puesta a punto más firme y dinámica, tendrá una estética diferenciada, más deportiva. Si queremos un ID.4 de tracción total habrá que esperar a la versión GTX – denominación que Volkswagen lleva sin utilizar desde los años ochenta, cuando la usaba en los Scirocco más deportivos. Aunque será oficialmente presentada a finales de abril, las primeras unidades llegarán al mercado en junio.
A la experiencia de conducir un ID.4 tenemos que añadir un plano tecnológico y futurista, articulado en torno a asistencias avanzadas a la conducción – como un control de crucero predictivo con regeneración variable de energía – o sistemas como el ID.Light. El sistema ID.Light consiste en una tira de LEDs situada al borde del salpicadero. El sistema se comunica con nosotros usando diferentes colores y animaciones. Por ejemplo, si el navegador nos indica un giro a la derecha, una animación de la luz nos guiará justo antes del giro.
Si nos llaman por teléfono, la luz parpaderá en color verde, y si estamos demasiado cerca de otro vehículo, dará rápidos destellos en color rojo. También tenemos un avanzado Head-Up Display de realidad aumentada, bastante parecido al que podemos disfrutar en un Mercedes Clase S. Este sistema de realidad aumentada nos facilita la conducción de forma natural e intuitiva, evitando que apartemos la mirada de la carretera.
Proyecta información de navegación de forma dinámica, mediante flechas que aumentan de tamaño a medida que nos acercamos al desvío, o un punto que indica que hemos llegado a destino. También indica la presencia de otros vehículos si circulamos con el control de crucero adaptativo, y los puede subrayar en color rojo si estamos demasiado cerca. Por último, una breve reflexión acerca de sus consumos. En nuestra prueba firmamos un consumo medio de 21,0 kWh/100 km, una cifra correcta teniendo en cuenta que no pisamos la ciudad y las posibilidad de regeneración del coche fueron relativamente limitadas.
Este consumo, más que correcto – y que quiero corroborar en una prueba a fondo – está en gran parte apoyado en un coeficiente aerodinámico de 0,28, muy bueno para un crossover de su tamaño.
Recarga del Volkswagen ID.4
La potencia máxima a la que el ID.4 puede recargarse depende de la versión que hayamos comprado. Las versiones de acceso se deben conformar con 50 kW de potencia de carga en corriente continua, mientras que los 1st Max probados alcanzan los 125 kW. El grueso de la gama es capaz de recargar a al menos 100 kW en carga rápida, además de al menos a 7,2 kW en tomas domésticas, cargando el grueso de la gama a 11 kW de potencia en una red monofásica. Volkswagen nos venderá por 479 euros un cargador doméstico – instalación no incluida – y mediante la aplicación We Charge podremos acceder a una red europea de 150.000 puestos de carga, con un único punto de facturación.
Precios y conclusiones
El Volkswagen ID.4 ya está a la venta en España. Los precios del Volkswagen ID.4 arrancan en 35.875 euros para la versión Pure de acceso, con 52 kWh de batería y 344 km de autonomía WLTP, aunque con ayudas del Plan MOVES III, su precio puede bajar hasta los 25.465 euros. Creo que las versiones de batería grande son mucho más recomendables, pero su sobrecoste a igualdad de equipamiento, ronda los 8.000 euros. El Volkswagen ID.4 es considerablemente más barato que rivales como el Tesla Model Y (desde 64.000 euros) y el Ford Mustang Mach-E (desde 48.475 euros).
La gama del Volkswagen ID.4 es muy extensa y aparentemente compleja, pero en verdad, se resume en la existencia de dos tamaños de batería: las versiones Pure tienen baterías de 52 kWh de capacidad, mientras que los Pro tienen baterías de 77 kWh. Dentro de los Pure, tenemos dos niveles de potencia: 149 CV o 170 CV para los Pure Performance. En los Pro, tenemos potencias de 175 CV o 204 CV en los Pro Performance. Dentro de cada gran familia, Pure, Pure Performance o Pro, hay diferentes niveles de equipamiento y acabado interior.
Como conclusiones, quedaos con que el Volkswagen ID.4 no es el SUV eléctrico más dinámico ni el de mejor calidad interior, pero sí es un buen coche familiar, tiene una mecánica eficiente y con los pies en la tierra, y una gran autonomía en relación a su precio. A falta de una prueba más extensa y detallada, esta toma de contacto nos deja con un buen sabor de boca.