Imagina salir a la calle y que taxis, furgonetas de reparto, y muchos vehículos privados, hayan sido sustituidos por un escuadrón de vehículos eléctricos, y sin conductor, como el que ilustra esta entrada. Imagina que ese escenario, que sin duda se asemejaría al de muchas películas de ciencia ficción con las que nos hemos criado, está a la vuelta de la esquina. Somos muchos, entre los que me incluyo, que seguimos siendo muy escépticos al respecto de la implantación del verdadero coche autónomo, el que no necesitará de conductor para moverse con garantías en cualquier entorno. Volkswagen, en cualquier caso, pretende conquistar las ciudades con ID.BUZZ eléctricas que rodarán sin conductor a partir de 2025. ¿Es factible que en tan solo 4 años comiencen a rodar cientos, y tal vez miles, de furgonetas sin conductor?
La idea tras la Volkswagen ID.BUZZ autónoma
Mientras algunos ya imaginamos cómo sería sentarnos cómodamente en nuestro coche, indicarle nuestro destino, y que sin nuestra intervención, ni atención, sea capaz de conducir autónomamente entre Madrid y Coruña, mientras nos vemos las dos primeras partes de la trilogía del Padrino, fabricantes como Volkswagen – y también otras compañías como Uber – piensan en un escenario no menos complejo, pero también más próximo.
Volkswagen discierne perfectamente entre dos escenarios bien diferentes, aunque por supuesto estrechamente relacionados por una tecnología común, la del coche autónomo. Discierne entre lo que sería un turismo autónomo al uso, y una solución de movilidad polivalente, y urbana, pensada para moverse por entornos muy complejos, pero controlados. Y en esto último reside precisamente la viabilidad del proyecto y la razón por la que Volkswagen confía que en 2025 podríamos ver en nuestras calles las primeras ID.BUZZ autónomas.
Vehículos autónomos urbi et orbi
Las primeras Volkswagen ID.BUZZ autónomas que conquistarán las ciudades de Europa y Estados Unidos llegarán en 2025. Volkswagen ha pensado en introducirlas en entornos controlados, pero como decíamos muy complejos, con todos sus pros y sus contras. Introducir vehículos autónomos que funcionarán, inicialmente, en el ámbito de una ciudad, facilita su implantación al poder asegurar que todo el entorno ha sido registrado y analizado fielmente para garantizar que estos vehículos puedan desplazarse con garantías y seguridad. Pero también reduce la incertidumbre regulatoria.
Volkswagen espera que con esta tecnología cada vez sean más las ciudades que admiten la circulación de vehículos en sus calles. El lanzamiento de las Volkswagen ID.BUZZ autónomas se producirá en 2025. Pero antes de que acabe este año veremos a la primera Volkswagen ID.BUZZ – en realidad un prototipo muy avanzado con la última tecnología de Argo AI – rodando por las calles de Hamburg (Alemania).
Como os iremos contando a continuación, el proyecto de Volkswagen ID.BUZZ nace de la conjunción con MOIA – filial de movilidad de Volkswagen – y Argo AI – una empresa tecnológica dedicada al desarrollo del coche autónomo, fundada por veteranos de Google y Uber y participada mayoritariamente por Volkswagen y Ford.
Iniciar un proyecto de vehículos autónomos en entornos controlados, en ciudades, como os decíamos tiene ventajas, por ejemplo a nivel regulatorio.
Pero también implica poner a prueba la tecnología en entornos muy complejos y cambiantes. La Volkswagen ID.BUZZ contará con la quinta generación de la tecnología de conducción autónoma desarrollado por Argo AI, que dispondrá de un despliegue de cámaras y sensores de corta y larga distancia nunca antes visto, incluyendo un LIDAR, un sensor láser, con un alcance de 400 metros, con el que podría anticiparse a cualquier situación que pudiera darse para actuar con rapidez y suficiente antelación para evitar cualquier riesgo.
Ahora bien, ¿dónde queda el factor humano?
¿Vehículos 100% autónomos o pilotados remotamente?
Las Volkswagen ID.BUZZ autónomas que veremos en las calles en 2025 circularán sin conductor y no estarán supervisadas. No obstante, Volkswagen ya ha previsto disponer de un equipo de operadores remotos que podrán intervenir sobre los vehículos en cualquier momento, fundamentalmente por dos razones.
La primera, y quizás la más obvia, evitar situaciones de bloqueo. Según Argo AI, su tecnología ya es lo suficientemente precisa y sofisticada como para evitar una situación de riesgo. Argo AI dispone de diferentes «ciudades en miniatura» en las que están rodando sus prototipos enfrentándose a miles de situaciones diferentes que podrían darse en un entorno real. Pero siempre existe la posibilidad de que se produzca una situación de bloqueo, en la que el vehículo autónomo se detenga ante una incidencia y su software no sea capaz de haya una solución. En ese punto entraría en juego un equipo de operadores que, a distancia, desde un centro de control, tomarían los mandos del vehículo para resolver la incidencia.
La segunda razón no es baladí. Disponer de un centro de control, con operadores humanos a distancia, será una de las condiciones indispensables que se exigirán en los ámbitos regulatorios que permitirán la introducción de los primeros vehículos autónomos en los próximos años.
MOIA: la filial de Volkswagen de la movilidad
Anteriormente ya habíamos mencionado a MOIA, la filial de movilidad de Volkswagen. Para Volkswagen, MOIA no es ni mucho menos una nueva marca de coches. Volkswagen espera desarrollar MOIA como un proveedor de movilidad que, obviamente, se nutrirá de la capacidad de desarrollo y producción de vehículos de Volkswagen, la tecnología autónoma de Argo AI, y lo que aporten todos aquellos socios que se unan al proyecto.
MOIA ya dispone de una flota de cientos de vehículos – como el que puedes ver más arriba – transportando pasajeros en Hamburg y Hannover, realizando viajes privados y compartidos. Esencialmente su funcionamiento es muy parecido al de aplicaciones como Uber o Cabify. El usuario solicita un viaje, con la posibilidad de compartir vehículo con otros pasajeros que van a realizar un trayecto, y MOIA le proporciona ese viaje en un servicio VTC, de chófer con conductor.
No hace falta ser demasiado imaginativos para pensar que las primeras Volkswagen ID.BUZZ que empiecen a rodar por las ciudades europeas podrían hacerlo prestando un servicio en MOIA muy parecido al que ya está presente, aunque con conductores, en Hamburg y Hannover.
El inicio del proyecto de la Volkswagen ID.BUZZ autónoma en 2025 está cada vez más claro, se producirá en ciudades de Europa y Estados Unidos y prestará servicios de movilidad para pasajeros pero, como veremos más adelante, no solo para pasajeros. La mitad de la población de las diez ciudades más grandes de Europa y Estados Unidos es el cliente objetivo de servicios de movilidad como los que presta MOIA y los que prestará con ID.BUZZ sin conductor en 2025. La población europea se concentra, cada vez más, en ciudades. Un 77% de los alemanes viven en una ciudad.
Pero esto solo es el principio. Hacer accesibles las ciudades a vehículos autónomos de transporte de mercancías y reparto de último kilómetro se espera abrir un mercado con un volumen de negocio que se espera que en 2030 llegue a los 500.000 millones de euros.
Los avances de Argo AI, la presencia de MOIA como proveedor de movilidad, y la capacidad como constructor de vehículos de Volkswagen, permitirían adaptar la ID.BUZZ y su carrocería a cualquier aplicación que requiera un cliente. No veremos una gama ID.BUZZ con versión de pasajeros, de carga, de particulares y, quién sabe si camperizada, a modo de ID.BUZZ California, sino decenas o cientos de versiones orientadas para una funcionalidad determinada: para reparto de mensajería, paquetería a domicilio, suministros a pequeños y grandes negocios, comida recién hecha a domicilio, alimentos refrigerados, etc, etc…
Llegados a este punto, y para terminar, no podemos hacer otra cosa que pensar en el factor humano y social. Hasta ahora, MOIA dispone de una plantilla de chóferes, que no solo se encargan de conducir los vehículos, sino también de atender a los pasajeros o asegurar la correcta colocación del equipaje. Volkswagen reconoce que estos aspectos también han de resolverse en un hipotético servicio de transporte autónomo de MOIA.
Pero tampoco hemos de olvidarnos de una problemática mayor, la de la cantidad de puestos de trabajo que serán sustituidos por la automatización, en todos los ámbitos, y ya no solo el del coche autónomo. Volkswagen confía en que este sea un proceso gradual y en que sus servicios de movilidad autónoma, al menos durante la fase de introducción, seguirán requiriendo de una plantilla de trabajadores y, probablemente, puestos de trabajo que requieran de cierta formación y ofrezcan un valor añadido. El mejor ejemplo lo tenemos en los operadores que estarán supervisando las actividades de los vehículos autónomos que comenzarán a rodar en 2025.
En cualquier caso, no puede obviarse el periodo de incertidumbre al que nos enfrentamos y cómo los ciudadanos, y el tejido social y económico de la Unión Europea, afrontaremos la transición hacia un mundo en el que las máquinas conducirán por nosotros y, en última instancia, sustituirán muchos trabajos que hasta ahora, necesariamente, requerían a un humano.