El Salón del Automóvil de Shanghái está siendo la prueba más evidente de que las reglas del juego han cambiado dentro del sector del automóvil. Aunque todavía dominan el plano comercial a nivel global, las firmas tradicionales saben que el potencial de la tecnología china va a acabar, en algún momento no muy lejano en el tiempo, por surtir efecto, especialmente en Europa. Esto es algo especialmente doloroso para Volkswagen, quien tenía en China una gran baza que ha perdido a manos de los fabricantes chinos, y puede acabar pasando igual en Europa.
Para arreglar la situación, los alemanes tienen que empezar a sanear su estado, empezando por la misma China, donde ha presentado tres modelos conceptuales, dos de ellos, los ID. Evo e ID. Aura, un SUV y una berlina, eléctricos, y un tercero con forma de todoterreno y una peculiar fórmula mecánica, el ID. Era, que es el que realmente ha captado la atención en mayor medida.
Claves del Volkswagen ID. Era
- Es el primer Volkswagen con un sistema de tipo EREV
- Es todavía un modelo conceptual
- Ha sido presentado junto a otros dos coches eléctricos para China
Imágenes del Volkswagen ID. Era






Y es que, para triunfar hace falta algo más que lanzar coches eléctricos de buena autonomía, cargados de pantallas y buen diseño. Hace falta desmarcarse de lo que están haciendo el resto para llamar la atención, y con esta fórmula mecánica, pues es el primer coche de tipo EREV que Volkswagen presenta, bien podrían estar acertando con el planteamiento tanto para China como para Europa.
Los tres modelos suponen una evolución de lo planteado hace un año con el ID. Code, pero refinando el diseño y adaptándolo a cada una de sus joint ventures chinas. En este caso, el ID. Era ha sido desarrollado junto a SAIC Volkswagen, y se posiciona como una respuesta directa a la necesidad de ofrecer productos eléctricos que puedan cubrir usos largos y variados, sin depender exclusivamente de puntos de carga rápida.
El ID. Era no solo es un SUV de gran tamaño y con tres filas de asientos: es también el primer modelo de Volkswagen que emplea un sistema de propulsión de autonomía extendida (EREV). Esta fórmula combina un motor eléctrico principal con un motor térmico que actúa como generador, sin conexión directa a las ruedas. De este modo, el vehículo puede recorrer hasta 300 km en modo puramente eléctrico, y luego activar el extensor para sumar otros 700 km, lo que da una autonomía combinada superior a los 1.000 km. Además, al no depender de una red de carga ultrarrápida, el ID. Era gana atractivo en zonas con infraestructura todavía incipiente.
Los tres modelos presentados por Volkswagen en Shanghái.
La propuesta se inscribe dentro de una estrategia más amplia de Volkswagen, que prevé lanzar 30 nuevos modelos en China hasta 2027, 20 de ellos electrificados. Buena parte de estos modelos integrarán sistemas de conducción automatizada basados en inteligencia artificial, con funciones de nivel 2++: es decir, conducción autónoma parcial, con capacidad de tomar decisiones bajo supervisión humana. En el caso del ID. Era, aunque aún se trata de un concept, se espera que el modelo de producción herede buena parte de estas capacidades.
También cabe destacar el contexto industrial detrás de este lanzamiento. El nuevo centro tecnológico de Volkswagen en Hefei tiene como objetivo acelerar el desarrollo de nuevos modelos, reduciendo los plazos a 34 meses. Este ritmo responde a una necesidad evidente: la industria china avanza más rápido, y marcas como BYD, Nio o Li Auto no esperan a que los gigantes tradicionales se pongan al día. Por esto mismo, el ID. Era no es solo un ejercicio de diseño, sino un prototipo con una misión clara: demostrar que Volkswagen puede ser rápida, adaptable y competitiva.
En el plano visual, el ID. Era no renuncia a los códigos estéticos de la familia ID., pero introduce una línea más robusta y funcional para ganar enteros y parecer, de hecho, un todoterreno. No hay excentricidades en el diseño, sino un claro enfoque en superficies son limpias, pero musculadas, y el conjunto transmite una sensación de solidez más cercana a un vehículo de uso 4×4 que a un SUV urbano convencional.
Para acabar, el ID. Era puede ser, paradójicamente, el punto de inflexión que Volkswagen necesitaba para volver a competir en igualdad de condiciones en el nuevo tablero de juego. A diferencia de otros modelos de la gama ID., este concepto no aspira solo a ser bonito o tecnológico: quiere ser útil, flexible y fiable. Si se traslada con acierto a Europa, donde también hay espacio para fórmulas híbridas como esta, podría convertirse en uno de esos coches que la ayuden (de verdad) a salvar los muebles, y no sólo a la propia Volkswagen, sino a todo el consorcio al que de nombre.
Imágenes del Volkswagen ID. Era





