No es habitual que la política dirija el discurso de un fabricante de coches. Ni tampoco que las marcas se pronuncien al respecto de temas puramente políticos, que vayan más allá de medidas, y leyes, que afecten directamente a su negocio. Pero sí resulta interesante hablar de la declaración de intenciones que Volkswagen ha presentado en su recepción de año nuevo en Bruselas, con la intervención de Gunnar Kilian, miembro del consejo de la marca, al mando del departamento de Recursos Humanos. Volkswagen entra en política y anima a caminar hacia el coche eléctrico, ¿pero por qué?
Volkswagen anima a votar para mantener una Europa unida
Para entender este pronunciamiento de Volkswagen es importante comprender el contexto actual, y algunos de los mayores retos a los que se enfrenta la industria del automóvil en Europa. El Brexit puede traer consigo un auténtico descalabro para muchos fabricantes de coches, si no se llega a un acuerdo, y se produce lo que muchos han definido como un «Brexit duro». Aunque probablemente Volkswagen no sea la más afectada, al menos no tanto cómo los fabricantes de coches afincados en las islas.
Volkswagen anima a los europeos a votar en las próximas elecciones al Parlamento Europeo que se celebrarán a finales de mayo. Pero también toma partido, defendiendo el voto para preservar los valores de la Unión Europea y en contra del euroescepticismo y la indiferencia.
Volkswagen anima a caminar hacia el coche eléctrico
Volkswagen se alinea con los objetivos de descarbonización de la Unión Europea, y no solo pide a la industria que se una a los esfuerzos que muchas marcas están dedicando a transformar la movilidad y avanzar hacia el coche eléctrico. Pide también que esos esfuerzos estén coordinados, y que la industria trabaje en colaboración con las administraciones – desde las estatales hasta las locales – y con otros sectores, tan necesarios en el proceso como los productores y comercializadores energéticos.
En estas declaraciones, en cualquier caso, Volkswagen también se ha reservado alguna crítica, la de pedir a la Unión Europea «prudencia» a la hora de implementar regulaciones que afecten a la industria del automóvil. Una alusión muy clara a las medidas que se están llevando a cabo en la Unión Europea para seguir el proceso de descarbonización y que, según Volkswagen, y otros fabricantes, pueden ser demasiado rigurosas, e incluso imposibles de cumplir.
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