Hablamos del gran culebrón del momento sin duda, y es que no todos los días un fabricante se deshace de su firma más icónica y reconocida. Pero sí, el Grupo Volkswagen podría estar ultimando los detalles de la venta de Bugatti al fabricante Rimac, un constructor croata especializada en hiperdeportivos eléctricos que ha conseguido enamorar a firmas como Porsche, Koenigsegg o Pininfarina. Pero lo mejor de todo es que no hablamos de una venta al uso, sino de un peculiar proceso de cambio de manos para reposicionar las inversiones y estrategias de cada firma de cara al futuro.
No es ningún secreto que el faraónico antojo de Ferdinand Piëch de hacerse con Bugatti y convertirla en el diamante del Grupo Volkswagen ha costado mucho, muchísimo dinero. Con unas aspiraciones francamente irracionales, la era Piech se empecinó en convertir a Bugatti y su primer nuevo coche, el Bugatti Veyron, en un escapareta tecnológico muy por delante de cualquier otro rival. Y lo cierto es que el objetivo fue alcanzado, consiguiendo un impacto en imagen difícil de igualar, pero dejando tras de sí 450 Veyron fabricados cuyas pérdidas medias se estimaban en 4,65 de euros por unidad.
Por esta razón, y tras un replanteamiento del fabricante para embarcarse en nuevos proyectos más rentables, la Bugatti actual cuenta en su portfolio con un Chiron que es rentable desde el primer minuto – no deja de ser una actualización del Veyron – además de diferentes series limitadas como el Divo, el Centodieci o La Voiture Noire. Con este cambio de rumbo centrado en la fabricación de coches cada vez más exclusivos, y cada vez más caros, los números cuadran, pero ello no quita para que en un futuro muy próximo Volkswagen esté obligada a inyectar una gran cantidad de dinero en la transformación de Bugatti en un fabricante de coches eléctricos capaz de mantener el estatus y prestaciones actuales. Y esto amigos es lo que no termina de encajar en las cuentas del grupo automovilístico.
El Dieselgate y ahora el COVID-19 están haciendo estragos en el Grupo Volkswagen, algo que se suma a unos planes de electrificación muy ambiciosos de cara a capear las multas por exceso de emisiones que se van a implantar en Europa. Ante este panorama solo existen dos salidas que deben tomarse al mismo tiempo: electrificar y reducir costes. Y es aquí donde entra en juego Rimac y su reciente acuerdo con Porsche como socio tecnológico. Vender Bugatti es algo que ningún fabricante está dispuesto a pagar en dinero, sin embargo el cambio de manos planteado entre Volkswagen, Porsche y Rimac sí parece una solución interesante para que todos salgan ganando… a priori.
La fórmula que se está estudiando según informa Autocar, y que parece ser la definitiva para que Bugatti tenga futuro, sería «vender» Bugatti a Rimac a cambio de un aumento de la participación de Porsche en Rimac, pasando de un actual 15,5% al 49%, manteniendo aún así el 51% en manos del fundador y CEO de Rimac, Mate Rimac. Con este acuerdo el Grupo Volkswagen mantendría gran parte del control de Bugatti a través de Porsche, empleando a Rimac y su tecnología de propulsión eléctrica como laboratorio y punto de inicio para la total electrificación de Bugatti.