Mucho ha cambiado el mercado desde que Volkswagen lanzara en Europa el primer coche que puede considerarse como todoterreno con la firma de Wolfsburgo en su frontal. Tanto, que el mismo modelo no puede tomarse ahora como tal, sino como un SUV de carácter lujoso enfocado casi por completo al uso en asfalto.
Tras el éxito de la primera generación, aunque más por la imagen que dio a Volkswagen que por lo que reportó a sus arcas, la firma quiso que el Touareg volviera a ser un modelo de referencia dentro del segmento de los 4×4. Por esto mismo, fue el primer modelo del consorcio en estrenar una mecánica híbrida. Una tecnología que, de haber sido más desarrollada y evolucionada, podría haber colocado a la marca en una posición muy distinta a la que tiene hoy.

Volkswagen Touareg
Imágenes del Volkswagen Touareg (2010)






A finales de la primera década del siglo XXI, Volkswagen vivía uno de sus momentos más exitosos. El Golf seguía siendo el compacto de referencia en Europa y el Tiguan escalaba posiciones en el incipiente segmento SUV. Aprovechando esa inercia, y en cierto modo con ambiciones poco habituales en una marca generalista, la firma se atrevió a lanzar productos como el Volkswagen Phaeton y una nueva generación del Touareg. Fue precisamente este SUV el encargado de marcar un hito al integrar por primera vez una motorización híbrida, anticipándose incluso a muchas de las soluciones que hoy dominan el mercado.
Por entonces, Toyota ya lideraba la escena de los híbridos con su exitoso Prius y extendía esa tecnología a su gama Lexus con modelos como el RX 450h. En este contexto, Volkswagen decidió aplicar un sistema híbrido a un SUV de gran tamaño, un movimiento inesperado en una marca de corte europeo. Su motor 3.0 TSI, también utilizado por Porsche en los Cayenne y Panamera, se combinaba con un motor eléctrico de 36,5 kW (49 CV) y una batería de 1,7 kWh. El conjunto entregaba 379 CV, contaba con tracción total permanente y ofrecía un rendimiento propio de un V8: 0 a 100 km/h en 6,5 segundos y una velocidad máxima de 245 km/h, con un consumo homologado de 7,9 litros en ciclo NEDC.
El problema era que el mercado no estaba preparado. El Touareg Hybrid superaba los 80.000 euros y se posicionaba por encima del Lexus RX, que además contaba con la ventaja de una marca ya asentada en el campo de la hibridación. Estéticamente, apenas se diferenciaba de un Touareg convencional salvo por las placas identificativas, lo que no contribuía a destacar su carácter innovador. Tampoco ayudaba el hecho de que, en aquel momento, el interés general por los coches híbridos seguía siendo bajo, especialmente en vehículos de gran tamaño y precio elevado: quien buscaba un coche grande y lujoso no era el mismo cliente que quería un coche de perfil eficiente.
Por esto mismo, su ciclo comercial fue corto: apenas cuatro años, entre 2010 y 2014. En ese tiempo dejó una huella discreta, no por sus cifras de ventas —fue una rareza en los concesionarios— sino por lo que simbolizó. El Touareg Hybrid fue un adelanto de lo que podía haber sido la estrategia eléctrica de Volkswagen, una apuesta temprana por la electrificación antes de que las normativas o las tendencias del mercado la impusieran. Una filosofía similar a la del también incomprendido Volkswagen XL1.
Hoy en día, el Touareg Hybrid ha cobrado una segunda vida en el mercado de ocasión. Con la creciente demanda de vehículos con etiqueta ECO, sus pocas unidades disponibles se cotizan igual de bien que las tienen motores diésel, superando los 20.000 euros incluso con kilometrajes elevados, aunque existen oportunidades puntuales con recorridos inferiores a los 100.000 kilómetros. Y es que no abundan los SUV grandes, cómodos y potentes con tracción total y mecánica híbrida en este rango de precio.
Se puede decir, por tanto y para acabar, que dada su mecánica híbrida, y el tipo de coche que se obtiene a cambio de un desembolso relativamente contenido, el Touareg de segunda generación representa una lógica compra, aunque se tiene que contemplar lo que puede llegar a suponer para el bolsillo una avería de un sistema híbrido tan poco común.
Imágenes del Volkswagen Touareg (2010)





