Según escribía The Times el pasado sábado 8 de junio, Volvo ha comenzado a llevarse parte de su producción en China para reubicarla en su planta de Bélgica. Una reacción a las más que cada vez más plausibles subidas en los aranceles por parte de la Unión Europea – ya inminentes pasadas las elecciones al Parlamento Europeo – hacia productos procedentes de China, una medida proteccionista para defender a las marcas occidentales. En concreto, se trata tanto del EX30 como del EX90, el buque insignia de la marca sueca propiedad de Geely.
La fábrica de Volvo de Bélgica se encuentra en Gante, siendo una de las seis que producen modelos de la marca
En la actualidad, Volvo, como parte de Geely, tiene fábricas en todo el mundo, siendo la de Carolina del Sur (Estados Unidos) donde se han empezado a montar las primeras unidades del EX90. También cuenta con una fábrica en Gotemburgo (donde está su sede central y mayoría de departamentos, incluyendo uno de sus centros de I+D y diseño), la de Gante en Bélgica y las tres en China: la de Chengdu, Daqing y Taizhou.
Volvo EX30
Estos aranceles incrementados – tal como ha pasado en Estados Unidos, donde los aranceles existentes hasta ahora que venían de la era Trump se han cuadruplicado con Joe Biden al frente y, a partir de agosto, serán del 100% para coches eléctricos procedentes de China – tendrían efecto sobre los coches que se fabriquen en China y se importen hacia el mercado europeo. Además, por supuesto, de tener que cumplir con los estándares de seguridad de la Unión Europea, con nuevos sistemas ADAS obligatorios a partir de julio.
Al mover la producción a Bélgica, en Volvo se ahorrarían ese problema del incremento de aranceles (que, muy seguramente, llevaría a que China tome una medida similar para motores de más de 2.5 litros, lo que implica a fabricantes Premium en su gran mayoría). En cualquier caso, es preferible esta medida a la alternativa que se estaba considerando: dejar de vender en Europa todos los eléctricos fabricados en China (caso de los Polestar que se montan en Chengdu) si se aplican estos aranceles.
De producirse estos movimientos, sería Gante la gran beneficiada dentro de este embrollo destinado a defenderse ante la invasión de marcas chinas con productos potencialmente competitivos por su precio y prestaciones. Además, de este modo se ha dejado de considerar la opción de dejar de llevar los modelos eléctricos procedentes de China hacia Europa (Reuters).