Volvo avanza a paso firme hacia el objetivo de conseguir que ninguno de sus coches se vea en vuelto en un accidente. Una meta muy ambiciosa que indudablemente tiene el factor humano como su principal obstáculo. Por ello la firma sueca ha comenzado a hablar sobre la introducción de limitaciones para el conductor, una serie de restricciones que tienen como único fin priorizar la seguridad en el transporte. Sin embargo esta estrategia de Volvo abre un inmenso debate al poner límites a la conducción, límites en pos de la seguridad, pero límites al fin y al cabo.
Todo por nuestra seguridad… y la de los otros
En defensa siempre de la seguridad, la nuestra y la de la que nos rodean, Volvo introducirá un límite de velocidad de 180 Km/h en todos sus coches a partir del año 2021, anunciando además la llegada de un nuevo sistema de monitorización del conductor para detectar falta de atención al volante, distracciones o incluso si el conductor conduce bajo los efectos del alcohol. Con estas medidas Volvo pretende eliminar variables de riesgo, situaciones donde la posibilidad de accidente y las consecuencias de los mismos pueden ser fatales. Visto desde este prisma los planes de Volvo son no solo lógicos, sino muy necesarios para acabar con las víctimas en carretera.
Pero la puesta en marcha de estas soluciones no es un todo ventajas, por lo menos si miramos la letra pequeña. Mientras la limitación de velocidad máxima es una idea que en más de una ocasión ha estado sobre la mesa de más de una administración gubernamental, es la monitorización y la geolocalización de coche y conductor la que arrojan más dudas en tanto al dilema que supone por privacidad y seguridad ante posibles usos indebidos. Volvo no solo pretende que no excedas los 180 Km/h, sino que también quiere rastrear tu vehículo para que en lugares sensibles como colegios, hospitales o zonas residenciales tu coche se autolimite para no superar la velocidad máxima de la vía. De este modo Volvo sabrá en todo momento cuál es tu posición y destino, evitando que circules a más velocidad de la adecuada por la seguridad de los que te rodean, pero eliminando cualquier posibilidad de que tomes el control total del vehículo para por ejemplo escapar de una situación de emergencia.
Abriendo la puerta a más limitaciones
Aún quedan algunos años y detalles por pulir para ver esta nueva estrategia de Volvo en las calles, pero lo que sí parece quedar claro es que el futuro de la marca está en esta línea de trabajo. Más control, más limitaciones y menor libertad para el conductor, para bien por supuesto, pero también para mal. Las posibilidades de la tecnología y la automotización siguen descubriendo nuevas formas de evitar accidentes y reducir sus consecuencias, algo que en Volvo parecen estar dispuestos a aprovechar.
Mientras hoy hablamos de limitación de velocidad, rastreo del vehículo y monitorización del conductor, mañana podrían ser otras muchas funciones defendidas bajo el mismo propósito de evitar accidentes de tráfico. Pero lo que sí sabemos hoy es que Volvo ha dado el primer paso y en el futuro a corto plazo podrían unirse más fabricantes, especialmente ahora que vivimos un momento clave donde la automatización de la conducción comienza a ofrecer cierta madurez.