Ya han pasado algo más de dos años desde que Volvo anunciase una noticia que, sin duda, causó sorpresa. La marca sueca se comprometía a que la velocidad máxima de sus vehículos estuviera limitada a 180 km/h. En aquel momento ya reconocíamos que estábamos ante una medida necesariamente controvertida que, con el tiempo, y la razón de su lado, ha conciliado la comprensión de muchos conductores y que, incluso, ya está recibiendo respuesta por parte de otros fabricantes que ya están anunciando que sus automóviles también estarán limitados de fábrica.
Limitar la velocidad máxima de los coches
Dacia y Renault se comprometían estos días a que a partir de 2022 sus coches comiencen a estar limitados a una velocidad máxima de 180 km/h. El primer modelo limitado a 180 km/h será el nuevo Mégane-E, un vehículo eléctrico que sustituirá a la actual generación del Renault Mégane.
Observando por qué Volvo ha sido la primera marca en dar este paso y por qué Renault y Dacia se unen ahora a los suecos, en su plan para limitar la velocidad máxima de sus coches a 180 km/h, empezando por un eléctrico, podemos entender las razones no excluyentes que persiguen estas marcas y la razón por la que cada vez más coches no van a pasar de 180 km/h.
Volvo limita la velocidad de sus coches en pos de la seguridad
La trayectoria de Volvo en lo que a seguridad se refiere es intachable. Durante décadas se ha forjado una reputación de marca preocupada por la seguridad de sus clientes – y del resto de usuarios de la vía – y es por eso que cuando en marzo de 2019 anunciaba que limitaría la velocidad máxima de todos sus vehículos a 180 km/h defendería esta medida por lo beneficiosa que resultaría para la seguridad vial.
Volvo considera que un conductor imprudente supone una brecha de seguridad. Una marca podría fabricar el coche más seguro del mundo y, en cualquier caso, seguiría siendo un arma mortal, para él, y para otros ciudadanos, en manos de un conductor imprudente.
De hecho, Volvo no solo ya ha aplicado la limitación de velocidad máxima a 180 km/h, sino que además está trabajando en sistemas que, mediante el regulador inteligente de velocidad, y el geoposicionamiento, limiten aún más la velocidad del vehículo en tramos concretos, por ejemplo en aquellos que discurren junto a un hospital o un colegio.
Renault y Dacia y el coche eléctrico
Renault presentaba estos días su estrategia de responsabilidad corporativa, muy enfocada en la reducción de emisiones, en todos los ámbitos. Evidentemente, el anuncio de limitar la velocidad máxima de Dacia y Renault a 180 km/h responde a la mejora de la seguridad vial, pero entronca directamente con un hecho irrefutable, alcanzar estas velocidades en un coche eléctrico tendrá menos sentido que nunca.
Las limitaciones de capacidad de acumulación de energía y el enorme coste energético que supone mantener velocidades de crucero tan altas hacen que viajar a estas velocidades en un coche eléctrico tenga muy poco sentido. De hecho, lo normal es que muchos coches eléctricos tengan limitada – electrónicamente – su velocidad máxima a velocidades inferiores a la mencionada.
El coche eléctrico llevará a que la velocidad máxima de los vehículos, en la práctica, quede limitada, a velocidades que, no obstante, siguen siendo superiores a las admitidas legalmente en la mayoría de las carreteras del mundo.