El Porsche 914 siempre fue considerado un descastado por parte de Porsche. Mucho más que el Porsche 924, cuyo desarrollo fue en parte compartido con Audi. No, el Porsche 914 nació como un verdadero proyecto compartido con Volkswagen, a mediados de los años 60. Volkswagen quería un sustituto para el Karmann-Ghia, y Porsche un deportivo por debajo del Porsche 912. El desarrollo comenzó como un acuerdo verbal entre ambas empresas, pero la muerte del director de Volkswagen alteró sustancialmente el proyecto.
Heinz Nordhoff tenía lazos con la familia Porsche, pero no así su sustituto. Porsche perdió a su socio en el proyecto, pero continuó el desarrollo, en el que ya habían invertido no pocos recursos. El Porsche 914 terminó siendo una máquina más prestacional y potente, con una versión de seis cilindros en la que se montó el motor de 2.0 litros del Porsche 912, sobre el que tenía que estar por debajo. Un posicionamiento confuso y el estigma de la colaboración con Volkswagen convirtieron al 914 en un paria.
El desarrollo del chasis del Porsche 914 – que Porsche aún hoy en día llama VW-Porsche 914 en su material oficial – fue obra de un tal Ferdinand Piëch. El mismo que también dirigía el programa de Rennsport de Porsche, y que décadas después instauraría su particular estilo de mando en lo más alto del Grupo Volkswagen. La especialidad de Piëch eran los deportivos de competición, donde Porsche ya tenía amplia experiencia en aplicaciones de motor central. Los Porsche 906 y 908 eran sus máquinas más competitivas, arrasando en circuitos de todo el mundo.
Ferdinand Piëch era el sobrino de Ferry Porsche, mandamás de la empresa alemana por aquél entonces. Como jefe de desarrollo del proyecto 914 y jefe del programa de competición, digamos que Piëch tenía bastante manga ancha para hacer y deshacer. Decidió que era una buena idea instalar un motor bóxer de ocho cilindros, el mismo 3.0 de 300 CV de potencia del Porsche 908 de competición, bajo el capó del Porsche 914. La potencia pasaba al suelo mediante una caja de cambios 916, mucho más reforzada que la de los Porsche 914/6.
Con un peso de una tonelada, era un coche tremendamente rápido. Construido en torno a un chasis – número 914-111 – sin motor de un prototipo de preserie, tenía elementos estéticos únicos, como faros escamoteables delanteros de doble óptica. Un abertura fue practicada en el paragolpes delantero para el radiador de aceite del motor. El techo solar fue suprimido y los pasos de rueda traseros fueron ensanchados. Dicen que Ferdinand Piëch estaba enamorado del coche, y trató de convencer a Ferry Porsche de que lo fabricasen en serie.
Su forma de convencerlo pasó por construirle otro coche – número de chasis 914-106 – que le regaló el 20 de junio de 1969 con motivo de su 60 cumpleaños. Fue el segundo de sólo dos unidades producidas, y desgraciadamente, a Ferry Porsche no le gustó la idea. Su Porsche 914/8 era diferente al de Ferdinand Piëch. El de su sobrino era naranja, el suyo era plateado y tenía un acabado mucho más refinado, casi de producción. El techo presentaba nuevas soldaduras, estéticamente gozaba de las mismas ópticas escamoteables del Porsche 914/8 de Piëch.
Usaba el mismo motor de ocho cilindros del Porsche 908, pero con una potencia final algo inferior – 260 CV – con el objetivo de hacerlo algo más dócil para su uso en carretera. Ferry Porsche agradeció el regalo a Piëch, pero inmediatamente lo donó al museo de la marca, tras apenas haberlo probado. Dicen las malas lenguas que a Piëch no le sentó nada bien este desplante. Pronto abandonaría Porsche para dirigir el programa de ingeniería de la marca, poco a poco aumentando sus responsabilidades y poder en Ingolstadt.
Fuente: MotoIQ
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