La convalidación del carnet B de coche para poder conducir motos de hasta 125 centímetros cúbicos ha supuesto un auténtico espaldarazo a los ciclomotores y motos urbanas. Con solo 3 años de carnet B – desde los 21 años – o desde los 18 años con el carnet A1, podríamos pilotar motos como la que protagoniza este artículo. No es una moto china y su precio no es una ganga, pero cuesta poco más de 3.000 euros, gasta 1,9 l/100 km y es una coqueta scooter urbana. Posiblemente, una de las mejores opciones urbanas para poseedores del carnet B.
Yamaha D’elight 125 2023, una scooter urbana muy eficiente
Enfatizo la palabra urbana más que en otros artículos, porque la Yamaha D’elight es un ciclomotor de 125 centímetros cúbicos muy enfocado al tráfico urbano. Prueba de ello es que es una scooter de pequeñas dimensiones y plataforma plana, que nos permite llevar algún bulto entre los pies y subir y bajar muy fácilmente. Otra prueba son sus pequeñas ruedas: la llanta trasera es de 10 pulgadas y la delantera de 12 pulgadas. No es tan estable como otras motos a velocidades de ronda, pero en el «culebreo» urbano a baja velocidad será imbatible.
Fotos de la Yamaha D’elight
La altura de su asiento, de 800 mm, nos obliga a llevar una posición erguida y cómoda, con un manillar en el que se integra la instrumentación y la óptica principal. Otro motivo es porque esta es una moto orientada a la eficiencia, más que al rendimiento. Su motor Blue Core de 125 centímetros cúbicos tiene dos válvulas por cilindro y está refrigerado por aire, en busca de una mayor sencillez y bajos costes de mantenimiento. Desarrolla 8,4 CV a 7.000 rpm y 9,8 Nm de par motor, transmitidos al eje trasero mediante el clásico variador continuo y correa.
Es una mecánica de potencia suficiente para el tráfico urbano, asociada a un variador relativamente puesto a punto para acelerar más intensamente a baja velocidad, en detrimento de la velocidad punta. En ese sentido, es una moto en la que sostener velocidad elevadas será más desafiante, pudiendo aventurarnos en rondas de circunvalación a ritmos tranquilos. La parte positiva es que tenemos un consumo de combustible de solo 1,9 l/100 km. Consumiremos solo 3 euros/100 km, y llenar el depósito de 5,5 litros nos costará solo en torno a 9 euros.
La parte ciclo, como es lógico, está dimensionada para un uso urbano, y no extraurbano. No tenemos un freno trasero de disco – solo un tambor – y el disco delantero carece de ABS. Es la única carencia seria de esta moto, que por otra parte, cuenta con un componente práctico más que correcto. Bajo su asiento cabe un casco integral, deberían entrar dos cascos tipo jet y es suficientemente amplio para dos pasajeros. Este cajetín es mucho más grande que el de otros rivales, por llevar el depósito de combustible en posición delantera.
Un gancho nos permite colgar entre las piernas una bolsa y la llave de arranque desbloquea el cierre del cajetín y la boca de repostaje. La instrumentación es muy sencilla, combinando un simple velocímetro analógico con una pantalla LCD para vigilar el nivel de combustible. Y llegamos al punto crítico de esta moto: su precio. Cuesta 3.199 euros al contado. Es un precio elevado, y en este precio se paga, fundamentalmente, la marca y la calidad de componentes. Es 300 euros más cara que su rival directa, la Honda Vision 110.
El problema es que es solo 150 euros más barata que toda una Honda PCX 125, y por su mismo precio, podemos comprar varias scooter de rueda alta de marcas asiáticas, con mayor nivel de potencia y parte ciclo más robusta. Sea como fuere, en el segmento exclusivamente urbano, la Yamaha D’elight es una de las motos de mayor calidad.
Fotos de la Yamaha D’elight