What’s Inside es un canal de YouTube muy popular. Es el canal de Lincoln Markham, un estadounidense residente en Utah que desde hace un par de años es propietario de un Tesla Model S P85 del año 2013, que adquirió de segunda mano. Recientemente, ha publicado un vídeo en el que explica los motivos por los que se deshace de su flamante eléctrico, aduciendo que es un coche que pone en peligro a su familia. Quizá el motivo es que sus neumáticos traseros están en las lonas. Y eso es solo el principio.
Tesla Model S
Una de las principales quejas del youtuber es que sus neumáticos traseros sólamente han durado 8 meses. No dice cuántos kilómetros ha recorrido, pero sabemos que monta neumáticos Continental ContiSportConctact, neumáticos de corte deportivo de verano. Su Tesla Model S P85 es una versión de propulsión fabricada en 2013, antes de que Tesla convirtiese a tracción integral los Model S tope de gama. Hablamos de una berlina deportiva, con 401 CV y un par instantáneo de 601 Nm. Una máquina de altas prestaciones.
Con un par motor tan considerable, una conducción agresiva – que el youtuber admite practicar ocasionalmente, léase conduce rápido habitualmente – es una receta ideal para destrozar el compuesto blando de unos neumáticos deportivos de verano. Lincoln reconoce que sus ruedas traseras estuvieron una parte del tiempo «descontroladas», a causa de unos sensores defectuosos que Tesla sustituyó en una llamada a revisión. Posiblemente se refiera a que el control de tracción y/o los sensores de presión no funcionasen adecuadamente.
Sea como fuere, el youtuber afirma que el coche «culeaba» constantemente, y que a punto estuvieron de tener varios accidentes. Debemos desde aquí explicarle que el acelerador no es un botón de On/Off, y que es modulable. Si el control de tracción no funcionaba y salía machacando el acelerador en cada semáforo, es normal que los neumáticos se hayan desgastado rápidamente. Lo que me parece absolutamente demencial es circular con los neumáticos en las lonas, mostrando al mundo su irresponsabilidad.
Con unos neumáticos así de desgastados, el agarre del tren trasero es prácticamente nulo, y cada viaje se convierte en una ruleta rusa: un reventón es mucho más posible, y un accidente está prácticamente garantizado a velocidades elevadas. ¿Por qué no ha reemplazado los neumáticos antes? ¿Por qué no los ha rotado, teniendo en cuenta que los primeros Model S P85 no tenían anchos diferentes en sendos ejes? Se escapa a mi comprensión. Pero la locura no termina aquí, lo mejor está a punto de llegar.
Afirma que su coche es peligroso de conducir porque con apenas «dos pulgadas» de nieve, unos cinco centímetros, su coche era incontrolable. Su familia tuvo que hospedarse en un hotel a media hora de su casa a causa de una nevada ligera. Quizá hubiera sido buena idea montar en el coche neumáticos de invierno, si es que conoce su existencia. Su última queja habla de la autonomía del coche, de unos 400 km reales, que habría solucionado informándose antes de comprar el coche.
El Tesla Model S P85 no es un coche peligroso – es de hecho uno de los coches más seguros de la historia – pero puede ser realmente inseguro en manos de un propietario ignorante e irresponsable. Él es el único que ha puesto en peligro a su familia.
Fuente: The Drive