El alerón es uno de los elementos más curiosos que puede haber en un coche. Y es que su función podría parecer imposible. En realidad, un alerón frena al coche. Pero gracias a esto, lo hace ir más rápido. ¿Cómo puede ser esto posible?
¿Qué es un alerón?
En aeronáutica y en automoción la función del alerón es la misma, aunque desde un punto de vista práctico pueda ser la contraria. En un avión, un alerón ayuda a que la nave ascienda, y también a poder controlarla en el aire. En un coche, en cambio, el alerón ayuda a que el coche se acerque aún más al suelo, pero también a poder controlarlo más fácilmente.
Realmente, el alerón es una pieza que va unida al chasis del vehículo que nos permite dirigir el aire que “choca” con el vehículo cuando alcanzamos determinada velocidad.
Mientras que en un avión el aire se dirige hacia abajo para que así “empuje” al avión hacia arriba, en un coche ocurre todo lo contrario, el aire empuja al coche hacia abajo.
¿El alerón frena al coche?
En cierto modo sí. Si has visto la función del DRS en la Fórmula 1, verás que se encarga de “abrir” los alerones para quitar carga aerodinámica. Gracias a esto, el coche opone menos resistencia al aire y alcanza una velocidad superior.
Y es que en cierto modo los alerones son un freno para el coche. No obstante, el diseño de estos no busca frenar el coche sin más, sino que la fuerza aerodinámica lo empuje hacia el suelo.
También habrás visto que las zonas de DRS están siempre en rectas o tramos casi rectos. Esto es porque la principal función de un alerón la tenemos en una curva. Al pegar el coche al suelo, la tracción aumenta, y un vehículo puede tomar curvas a una velocidad superior sin perder el control ni salirse de la curva.
De esta forma, la velocidad final que se consigue es superior.
Retomando el ejemplo del Fórmula 1, hay que decir que estos no son los coches con más velocidad máxima del mundo. Verás que no se acercan a los récords actuales logrados por algunos vehículos. Sin embargo, la brutalidad de un Fórmula 1 está en su capacidad para tomar una curva a máxima velocidad y con máximo agarre. En ese sentido, no hay nada igual en el mundo del automovilismo.
Mitsubishi Lancer Evo siempre fue un coche que destacó por su prominente alerón.
¿Sirve un alerón en un coche normal?
Para que un alerón sea útil, necesitamos que el aire tenga una determinada velocidad. En el caso de un coche, la velocidad es la que pone el coche. Y hasta que no se alcanza cierta velocidad, no habría carga aerodinámica que valga.
Es por eso que habrás visto que los coches que cuentan con alerones son aquellos que pueden alcanzar velocidades más altas (o aquellos que quieren aparentarlo).
De hecho, de un tiempo a esta parte se ha hecho habitual que los superdeportivos e hiperdeportivos cuenten con un alerón que se despliega al alcanzar una determinada velocidad, o que se despliega únicamente al frenar.
Los superdeportivos llegan a alcanzar velocidades lo suficientemente altas como para despegar, y es por eso que necesitan de apoyo aerodinámico para mantener la tracción.
Un Fórmula 1 sin alerones
Aunque nunca te vas a ver en esta situación, no podemos olvidar que los alerones son elementos clave en un vehículo de carreras. Prácticamente cualquier monoplaza sin alerones se convierte en una máquina mortal. A determinada velocidad el coche automáticamente volará. De hecho, es probable que hayas visto vídeos en los que un coche de carreras ha salido volando al perder un alerón.
Este es el motivo por el que perder determinadas piezas en un Fórmula 1 implica un abandono casi seguro. Mientras que dañar el alerón delantero permite continuar con el coche en pista, pues la función de este alerón es dirigir el aire alrededor del coche, un daño en el alerón trasero es casi un sinónimo de una retirada.