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De producto de limpieza a combustible para vehículos, así es el amoniaco verde

En un futuro bastante cercano, casi todos los coches que circulen serán eléctricos. La unión Europea quiere conseguir cumplir sus planes y ser neutros en emisiones. Claro, la electrificación puede no ser viable en algunos casos, como por ejemplo en los vehículos pesados. Es por esto que se buscan combustibles alternativos que impidan que estos vehículo emitan gases perjudiciales con efecto invernadero.

Una alternativa para la electrificación de los transportes pesados es la pila de hidrógeno. Sin embargo, el hidrógeno como combustible también presenta algunos problemas, es difícil de transportar y de almacenar. Es por esto que se platea utilizar el amoniaco verde como combustible en los vehículos con pila de hidrógeno.

¿Qué es el amoniaco verde?

El amoniaco (NH3) es un compuesto químico de nitrógeno e hidrógeno. Cada molécula de amoniaco tiene una parte de nitrógeno y tres de hidrógeno. Es un gas incoloro y con un olor muy fuerte. Este compuesto lo utilizamos en cosas cotidianas, por ejemplo como desinfectante para el hogar o para tintes del pelo.

Que Es Amoniaco 1

La producción de este compuesto es muy contaminante pues emite mucho CO2 en su obtención. Pero hoy en día puede conseguirse amoniaco verde ya que se puede producir por medio de fuentes renovables, haciendo reaccionar el hidrógeno verde y el nitrógeno atmosférico.

Decimos que el amoniaco es verde porque uno de los elementos que se utiliza para crearlo es el hidrógeno verde en vez de gas natural, que es mucho más contaminante. El hidrógeno verde se produce mediante electrólisis, con electricidad, que proviene de una fuente de energía renovable, y con agua. Al ser el hidrógeno verde y no emitir gases en su producción, el amoniaco también lo es.

El amoniaco verde como combustible

Como decíamos al principio de este artículo, la electrificación en los transportes pesados no es viable. Esto se debe a que necesitan mucha autonomía para llegar a su destino y aunque es cierto que los coches eléctricos han aumentado su autonomía conforme han pasado los años, no es suficiente para este tipo de transporte.

Para aumentar la autonomía deberían llevar baterías más grandes lo que supondría menos espacio y más peso en el vehículo, lo que podría limitar más aún el peso de la carga que puede llevar.

Además, parar a repostar es otra de las cuestiones. Mientras que con un vehículo de gasolina tardas 10 minutos, con unos eléctrico se alargará unas cuantas horas si además no tienen carga super rápida en la gasolinera.

Toyota Hilux Hidrogeno Proyecto 1

Una solución es la pila de hidrógeno, que permite electrificar este tipo de transporte y reducir sus emisiones, ya que el 23% de emisiones proviene de estos vehículos. El problema es que el hidrógeno es difícil de transportar, mientras que el amoniaco se puede transportar en estado líquido y los costes de transporte son mucho más bajos.

Pros y contras del amoniaco como combustible

Una de las principales ventajas del amoniaco es la que comentábamos antes, que es más fácil de transportar y más barato. Pero además, el amoniaco tiene un alto valor energético, se obtiene más energía del amoniaco que del hidrógeno. Es decir que necesitaremos menos cantidad de amoniaco que de hidrógeno para hacer funcionar el motor de un vehículo.

Por otro lado, el amoniaco es algo que se produce y transporta en todo el mundo y no se necesitan nuevas infraestructuras para ello, por lo que no se necesitará invertir mucho dinero para producir este compuesto.

El amoniaco tampoco tiene carbono en su composición, por lo que no emite CO2, y por lo tanto no contribuye a la descarbonización.

Por supuesto, también tiene su lado negativo. Por ejemplo, los vehículos que utilicen amoniaco en vez de hidrógeno tendrán un sistema más complejo para el motor. El amoniaco tiene que convertirse en hidrógeno dentro del vehículo pasando por un «craqueador de amoniaco» y este después se utiliza en la pila de combustible para producir la electricidad.

Además de ser complejo, el proceso en el que se produce el hidrógeno se pierde electricidad que no llega al motor.

Y por último pero no menos importante, al usar el amoniaco como combustible se generan emisiones de óxido de nitrógeno (NOx). Estas partículas son muy dañinas para la salud. Para ello se están desarrollando procesos de combustión para este combustible que anulen o diminuyan la emisión de estas partículas.

Habrá que esperar para saber si este combustible es viable para una movilidad ecológica o si tendremos que seguir buscando otros combustibles que permitan electrificar los vehículos pesados.

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Nuria Aguilar

Especialista creativa. Convierte conocimientos profundos y conceptos complejos en explicaciones fáciles de entender para cualquiera. Hay quien asegura haberla avistado en un coche en alguna ocasión, pero las pruebas no acaban siendo concluyentes. Seguir leyendo...

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