La seguridad y la visibilidad son fundamentales y por eso existen numerosos dispositivos diseñados para mejorar la experiencia del conductor y reducir los riesgos en la carretera. Uno de estos elementos esenciales pero a menudo pasados por alto son los antiniebla, una característica estándar en muchos vehículos modernos, pero carente aun así en un buen porcentaje de vehículos del parque automovilístico español. Y por ello también hay bastante desconocimiento sobre cómo deben utilizarse y cuándo.
¿Qué son los antiniebla?
Los antiniebla, como su nombre sugiere, son luces diseñadas específicamente para mejorar la visibilidad en condiciones de niebla densa, lluvia intensa, nevadas o cualquier otra situación que reduzca significativamente la visibilidad en la carretera. A diferencia de las luces de cruce o de carretera, que están diseñadas para iluminar la carretera directamente frente al vehículo, los antiniebla están colocados más bajos en el vehículo y emiten una luz amplia y baja.
Estas luces están estratégicamente ubicadas en la parte delantera y trasera del vehículo para aumentar la visibilidad tanto para el conductor como para otros conductores que se aproximen desde atrás. La luz emitida por los antiniebla es más difusa y dispersa que la de las luces principales lo que contribuye a mejorar la percepción de la distancia en condiciones de baja visibilidad.
¿Cómo funcionan los antiniebla delanteros?
Los antiniebla delanteros funcionan emitiendo una luz más amplia y baja que las luces principales del vehículo. Esta luz adicional ayuda a iluminar la carretera más cerca del suelo, donde la niebla, la lluvia o la nieve pueden reducir la visibilidad. Al iluminar áreas más bajas, los antiniebla permiten al conductor ver mejor el borde de la carretera y cualquier obstáculo que pueda estar presente, lo que mejora la capacidad de reacción y reduce el riesgo de accidentes.
Las luces antiniebla delanteras no son obligatorias, aunque sí es un extra recomendable. En caso de que un vehículo cuente con luces antiniebla delanteras, estas serán de color blanco o amarillo selectivo. Y serán dos.
¿Cuándo pueden utilizarse los antiniebla delanteros?
Según la normativa española, los antiniebla delanteros solo pueden utilizarse en condiciones de visibilidad reducida debido a la niebla, la lluvia intensa, la nevada o cualquier otra circunstancia que disminuya significativamente la visibilidad. Es importante destacar que el uso de los antiniebla delanteros está específicamente destinado a mejorar la visibilidad en estas condiciones adversas, por lo que no deben utilizarse de forma indiscriminada o en situaciones de visibilidad normal.
De acuerdo con la legislación española, el Reglamento General de Vehículos establece que el uso de los antiniebla delanteros no solo está permitido, sino que debe usarse siempre cuando estén disponibles y haya nieve, polvo, humo, niebla o lluvia intensa.
Aun así, la realidad es que el uso de los antiniebla delanteros está contemplado en un abanico más amplio que el de los antiniebla traseros, pues el efecto negativo que pueden tener sobre los conductores que vienen de frente cuando no hay niebla no es tan relevante como el de los antiniebla traseros, debido a su ubicación y a que no están pensados para dirigir su haz hacia los ojos de los conductores. Por ello, es posible usar los antiniebla delanteros cuando la niebla ya no es muy densa, o incluso cuando hay nieve o lluvia copiosa.
¿Cómo funcionan los antiniebla traseros?
Los antiniebla traseros son luces especiales diseñadas para mejorar la visibilidad de un vehículo desde atrás en condiciones de baja visibilidad, como la niebla densa, la lluvia intensa o la nevada. Funcionan emitiendo una luz roja brillante y difusa que es más visible en condiciones de niebla que las luces de posición o de freno estándar.
El propósito principal de los antiniebla traseros es alertar a los conductores que se aproximan desde atrás sobre la presencia y la posición de un vehículo en condiciones de visibilidad reducida. Esto ayuda a prevenir colisiones traseras al hacer que el vehículo sea más visible para los demás conductores, especialmente cuando las luces de posición y los frenos pueden no ser suficientes para ser vistos claramente.
Un factor a destacar es que la única luz antiniebla obligatorio en un coche es la trasera. Mientras que las delanteros son ya habituales en muchos vehículos, no son obligatorias, por lo que es un extra que veremos que no está presente en muchos coches con algunos años a sus espaldas, e incluso en coches que acaban de salir del concesionario. Puede haber dos o una única luz antiniebla trasera, siendo esto último bastante convencional. Y son de color rojo.
¿Cuándo se pueden utilizar las luces antiniebla traseras en España?
Según la legislación española, los antiniebla traseros solo pueden utilizarse en situaciones de visibilidad reducida debido a la niebla densa, la lluvia intensa, la nevada u otras condiciones climáticas adversas que limiten significativamente la visibilidad.
Esta medida se implementa para mejorar la seguridad vial al hacer que los vehículos sean más visibles para otros conductores que se aproximan desde atrás en condiciones de baja visibilidad.
La normativa establece que los antiniebla traseros pueden ser activados cuando haya nieve, polvo, humo, niebla o lluvia intensa. Este factor es importante, porque los antiniebla traseros no están destinados a que el conductor del propio vehículo tenga una mejor visibilidad, sino para que el conductor que viene tras nosotros nos vea mejor. Por ello, el haz de luz sí está orientado a la visión del conductor del vehículo posterior. Si las luces traseras deslumbran al conductor que viene detrás, estaremos produciendo un efecto contraproducente. Debido a ello, el uso de las luces antiniebla traseras es más limitado que el de las luces antiniebla delanteras, y se deben evitar si la lluvia o la niebla son ligeras.