Cuando se analizan las diferentes partes de un coche eléctrico uno puede encontrar un término que a veces puede no ser del todo fácil de comprender: batería de tracción. Está claro que un vehículo eléctrico debe tener batería. Pero, ¿qué es exactamente una batería de tracción?
La batería de tracción es la batería principal del coche eléctrico
De forma sencilla, podemos decir que la batería de tracción es precisamente aquella que sirve para dar energía al motor y contribuir al propio desplazamiento del vehículo.
De esta forma, es la batería principal con la que cuenta el coche eléctrico. Si tuviéramos que destacar una única batería que definiera en sí mismo al coche eléctrico, sería precisamente esta a la que denominamos batería de tracción.
¿Por qué la batería de tracción tiene un nombre único?
Si los coches eléctricos tienen batería, y eso es algo lógico, ¿por qué entonces hay que darle un nombre propio? Pues porque no es la única batería que está presente en los coches eléctricos. Y a la vez porque los coches siempre han tenido una batería.
Por lo general, los vehículos con motor de combustión cuentan con su propia batería. De hecho, de vez cuando hay que cambiar esta batería porque ha perdido toda su capacidad de carga. La conocemos bien porque la batería de un coche de combustión sirve para arrancar el coche y para dar algo de energía a los sistemas auxiliares del vehículo, y cuando nos quedamos sin batería, nos quedamos tirados sin poder arrancar el coche.
Dado que los coches eléctricos cuentan también con una batería, pero esta tiene una función mucho más vital dentro del propio funcionamiento del vehículo, a esta se le ha dado un nombre diferente: batería de tracción.
¿Por qué tracción?
Porque la función principal de esta batería es la de alimentar al motor que se encarga de mover las ruedas para que el vehículo traccione y se desplace.
La energía proveniente de la batería de tracción es la que más tarde se transforma a energía mecánica en el motor gracias a la función del rotor y del estator dentro del propio motor.
Al igual que a un vehículo cuya potencia del motor llega a las ruedas delanteras o traseras se le llama vehículo de tracción delantera, o de tracción trasera, respectivamente, a la batería del coche eléctrico que alimenta al motor se la denomina batería de tracción.
¿Dónde está ubicada la batería de tracción de un coche eléctrico?
Por lo general, estas baterías se encuentran estratégicamente situadas en el chasis del vehículo, con el objetivo de lograr una distribución equitativa del peso. Esta ubicación contribuye significativamente a mantener un centro de gravedad más bajo en comparación con los vehículos tradicionales, mejorando así la estabilidad y maniobrabilidad del coche eléctrico.
La disposición de la batería en el chasis puede variar según el diseño del vehículo y la marca. La mayoría de los fabricantes optan por colocar la batería en el suelo, entre los ejes delantero y trasero. Esta configuración también libera espacio en el compartimento de carga, lo que es beneficioso para el almacenamiento y la versatilidad del vehículo. Pero también pueden aprovecharse espacios de la carrocería y el chasis que por lo general están vacíos para ubicar secciones de la batería y conseguir así aumentar la autonomía.
Además, la ubicación de la batería de tracción se elige teniendo en cuenta la seguridad y la protección. En muchos casos, las baterías están resguardadas por estructuras de protección y sistemas de gestión térmica para garantizar un rendimiento óptimo y una vida útil prolongada.
¿Qué caracteriza a una batería de tracción?
A diferencia de lo que sería una batería en un coche con motor de combustión, las baterías de tracción de los coches eléctricos se caracterizan por una serie de aspectos que son importantísimos para el funcionamiento básico del vehículo.
Por ejemplo, deben tener una alta densidad de energía en un espacio muy reducido. Para esto, en muchos casos almacenan electricidad con una tensión superior. En tiempos recientes los coches eléctricos llegan a contar con almacenamiento de energía en 800-900 voltios, que es una cifra realmente importante.
Por otro lado, la electricidad se almacena en corriente continua, lo que significa que para cargar la batería es necesario contar con un cargador de corriente continua, o convertir la energía antes de alimentar la batería con el propio cargador de a bordo del coche.
A su vez, esto implica tener que convertir la energía antes de suministrarla al motor eléctrico, y por ello los vehículos eléctricos cuentan con un transformador de corriente continua a corriente alterna. Incluso hay presente un convertidor de corriente continua a corriente continua de baja tensión para almacenar esta energía en la batería auxiliar y poder dar energía a los sistemas eléctricos del vehículo que no requieren de alta tensión.
Todo esto sin olvidar otros aspectos, como que son baterías por lo general de iones de litio. Aunque empiezan a llegar otras innovaciones al mundo de las baterías como las de sodio o las ternarias.
Y por supuesto, la complejidad de estas baterías, la necesidad de gestionar la temperatura en modos de carga rápida y los peligros asociados al alto voltaje, hacen que las baterías de tracción tengan que contar con refrigeración específica y con sistemas de gestión térmica que regulen cómo funciona la propia batería y eviten peligros de cortocircuitos.