Las baterías 4C y 5C son una nueva generación de baterías que ofrecen una serie de ventajas sobre las baterías tradicionales, como mayor velocidad de carga, mayor eficiencia y mayor duración. En el contexto energético actual, estas baterías tienen el potencial de contribuir a la descarbonización de la economía.
Al permitir una carga más rápida y eficiente de los coches eléctricos, las baterías 4C y 5C podrían hacer que estos sean más atractivos para los compradores, lo que podría darle un mayor impulso a la transición a la movilidad eléctrica. Además, podrían utilizarse para almacenar energía solar y eólica, lo que ayudaría a lograr mayor independencia energética.
¿Qué son las baterías 4C y 5C y cuáles son sus ventajas?
Empecemos por la batería 4C, esta puede entregar una corriente continua de cuatro veces su capacidad nominal en un periodo de tiempo corto. La «C» de 4C se refiere al multiplicador de carga de la batería, y 4C significa que el paquete de baterías puede cargarse teóricamente por completo en un cuarto de hora (15 minutos).
La batería está diseñada para ofrecer una autonomía de 400 kilómetros con 10 minutos de carga, lo cual es una locura si lo ponemos en contexto, esto CATL lo ha logradro gracias a una serie de optimizaciones. Se espera que la batería se entregue a algunos fabricantes de automóviles en el primer trimestre de 2024, y la producción en serie está prevista para finales de 2023.
Teniendo en cuenta la explicación anterior de la batería 4C tenemos que decir que la batería 5C tiene un tiempo de carga ligeramente menor. 5C significa que el paquete de baterías puede cargarse teóricamente por completo en un quinto de hora, es decir, unos 12 minutos.
La batería 5C es un tipo de batería de iones de litio que están destinadas a los coches eléctricos. La capacidad de una batería 5C varía en función de la química y la marca, pero suele oscilar entre 50 kWh y 100 kWh. Sus principales ventajas son tiempos de carga más rápidos, mayor autonomía, costes más bajos, mayor rendimiento y mejor sostenibilidad en comparación con las baterías tradicionales.
Lo normal es que estas baterías transformen la industria, permitiendo a los coches eléctricos viajar más lejos y cargarse más rápido. También se espera que sean más asequibles que las baterías tradicionales a largo plazo debido a los menores costes de producción y mantenimiento. El uso de baterías 4C y 5C contribuirá a un futuro más respetuoso con el medio ambiente, ya que son sostenibles y producen menos emisiones que las baterías tradicionales.
¿Pueden ser las baterías 4C y 5C claves para la electrificación del transporte?
En este sentido se pueden destacar varias posibles repercusiones del uso de baterías 4C y 5C en el sector del transporte, como tiempos de carga más rápidos, mayor autonomía, costes más bajos, beneficios medioambientales y, posiblemente, una mayor demanda de materiales estratégicos para el sector.
Sin embargo, es importante reconocer que el uso continuado a la que serían sometidas en el sector transporte podría provocar un desgaste importante de la batería. Con esto queremos decir que el uso normal que se le daría por ejemplo para un camión eléctrico que tiene que recorrer grandes distancias diariamente supondría una mayor degradación que llevará a la necesidad de sustituirla.
En la transición del sector del transporte a los vehículos eléctricos, será importante encontrar formas de equilibrar las necesidades del medio ambiente, los usuarios y la propia industria, teniendo en cuenta al mismo tiempo el impacto potencial de nuevas tecnologías como las baterías 4C y 5C.
El aumento de la demanda de litio, níquel, cobalto y manganeso debido al despliegue de los vehículos eléctricos con una penetración del 40-100% en 2050 podría suponer un reto para el sector del transporte.
¿Las baterías 4C y 5C suponen una revolución?
Las baterías 4C y 5C tienen el potencial de revolucionar el sector de la movilidad eléctrica por las bondades que ya hemos mencionado, como su capacidad de mejorar los tiempos de carga, la autonomía, la rentabilidad y la sostenibilidad medioambiental. También podrían conducir a una mayor adopción de los coches eléctricos a nivel mundial, convirtiéndolos en la opción más práctica y accesible para los compradores.
Sin embargo, también existen algunos retos potenciales, como la posible demanda de metales críticos y el problema de la degradación de las baterías. El desarrollo de baterías de estado sólido podría mejorar aún más el rendimiento de los coches eléctricos, por lo que se trata de un campo apasionante de cara al futuro.
Por ejemplo, las baterías de estado sólido tienen una mayor densidad energética que las de 4C y 5C, lo que significa que pueden almacenar más energía en menos espacio. Esto podría hacerlas más adecuadas para su uso en coches eléctricos, donde el espacio es un recurso escaso, queda una batalla muy bonita entre diferentes compañías por ofrecer la mejor solución.