La conducción segura y eficiente es un aspecto fundamental de la experiencia en carretera, y en este contexto, los retrovisores desempeñan un papel crucial. Entre estos elementos esenciales, todavía hay algunos que muchos no conocen en profundidad, y cuya función ni siquiera saben. Puede que lleves años teniendo esta palanca o botón del retrovisor interior en tu coche y no sepas para qué sirve, pero ahora te lo vamos a explicar.
La palanca o botón bajo el retrovisor interior
Cuando hablamos del botón o de la palanca del retrovisor interior, nos referimos a esa pieza de plástico que verás tras el propio retrovisor, quedando justo en el centro de este.
Hace poco un conocido me dijo que no había sabido hasta tiempos recientes la función de dicha palanca, sino que creía que simplemente servía para colocar el retrovisor. No obstante, la función de esta palanca es mucho más relevante.
No sirve para ver los asientos traseros
Es muy posible que algún padre, o incluso tú mismo, hayáis pensado que esta palanca, que permite cambiar el ángulo del retrovisor entre dos posiciones, sirve para cambiar entre la visualización de los vehículos tras nosotros a través de la luneta trasera, y la visualización de los pasajeros del asiento trasero.
Y es que, más de un vez habremos usado esta palanca para ver cómo se encontraban los pasajeros del asiento trasero, permitiéndonos no tener que girarnos. Al viajar con niños se hace imprescindible comprobar de vez en cuando cómo se encuentran durante el viaje.
Sin embargo, no es esa la función de la palanca del retrovisor interior.
La palanca del retrovisor sirve para evitar deslumbramientos del Sol
Dado que el espejo retrovisor interior tiene la función de reflejar lo que se encuentra detrás del vehículo, en ocasiones podría reflejar luces que nos deslumbren.
Por ejemplo, es normal que durante la puestas del Sol o al amanecer, se reflejen en el espejo los rayos del Sol en un ángulo que nos deslumbre de forma importante y nos haga cerrar los ojos o nos dificulte ver lo que hay ante nosotros.
Para estos casos es ideal usar la palanca para cambiar el ángulo del retrovisor, y evitar así que los rayos del Sol nos hagan no poder visualizar de forma correcta la carretera.
También sirve para evitar deslumbramientos de noche y para poder ver a los coches
No obstante, la palanca del retrovisor interior cobra importancia también de noche. Cuando no hay luz solar, lo que sí hay son vehículos que llegan detrás del nuestro con los faros muy altos en algunas ocasiones. Tanto si los faros van muy altos como si llevan las luces de carretera o largas encendidas, el deslumbramiento resultará molesto y nos dificultará prestar atención a la carretera.
En estos casos activando la palanca cambiamos el ángulo en el que está el retrovisor. Y atención, no dejamos de ver a los vehículos que hay tras nosotros. Esto es porque el retrovisor, en realidad, cuenta con dos capas de reflejo.
Observarás que al cambiar el ángulo del retrovisor interior seguirás viendo los faros de los coches que van tras de ti, pero atenuados.
Esta es la función principal de la palanca del retrovisor interior, cambiar el ángulo en el que refleja la luz para poder ver con la capa atenuada el reflejo de los coches que van tras nosotros.
Ajustar correctamente el retrovisor central
Teniendo en cuenta lo anterior, es importante ajustar el retrovisor central adecuadamente. Con la palanca sin presionar debemos ajustar el retrovisor de forma óptima para visualizar al completo la luneta trasera.
De esta forma, cuando presionemos la palanca, el ángulo del retrovisor cambiará hacia abajo, y podremos visualizar los coches que van detrás de nosotros de forma atenuada.
En algunos coches de nueva generación, no existe una palanca para cambiar el ángulo del retrovisor, sino que tienen un botón que al pulsarlo se encarga de cambiar la atenuación del reflejo de forma automática y electrónica.
En cualquier caso, si tú tampoco habías sabido hasta ahora que contabas con esta funcionalidad en el retrovisor interior de tu coche, ahora ya estás preparado para sacar partido de una característica de seguridad que lleva ahí décadas y que muchísimas personas todavía no saben que existe.
