Como todos sabemos, para que un vehículo pueda circular, es imprescindible pagar el Impuesto de Circulación. El precio a pagar de este impuesto depende de varios factores, uno de ellos es la potencia del coche o los también denominados caballos fiscales. Es posible que hayas oído muchas veces el término «caballos fiscales», pero no tengas claro lo que es. En este artículo te explicaremos qué son y cómo puedes calcularlos.
¿Qué son los caballos fiscales?
Un caballo fiscal o potencia fiscal es una unidad que permite determinar la carga impositiva que se le aplica a un coche o vehículo, es decir, los impuestos a pagar. Un ejemplo es el que hemos comentado antes, el Impuesto de Circulación.
Este sistema no solo se utiliza en España, muchos otros países lo utilizan para contabilizar las tasas impositivas de los vehículos.
Estos caballos fiscales están relacionados con la cilindrada del motor, aunque dependerá de si el coche es eléctrico, de motor rotativo o si el motor es de 2 o 4 tiempos, aunque actualmente todos los coches cuentan con motores de 4 tiempos.
Dependiendo de la potencia que tenga el motor habrá que pagar más o menos de Impuesto de Circulación. Cuanta más potencia, más tendremos que pagar.
¿Qué tienen que ver los caballos fiscales con los caballos de vapor?
Antiguamente los caballos fiscales estaban relacionados con la potencia del motor, por eso mismo tiene la misma denominación que los caballos de vapor. Sin embargo, hoy en día podemos decir que no tienen nada que ver.
La potencia fiscal no es lo mismo que la potencia real. El caballo de vapor es una unidad que mide la potencia real del coche, mientras que la potencia fiscal es una fórmula que nos permite calcular la carga impositiva para nuestro coche. Por lo tanto, ni es lo mismo y realmente tampoco guardan relación.
Además, otra diferencia es que por diversos factores, nuestro coche puede perder potencia real, pero la potencia fiscal seguirá siendo la misma.
¿Cómo puedo saber los caballos fiscales de mi coche?
La manera más fácil de saber los caballos fiscales de nuestro coche es consultado la tarjeta de la ITV. Este valor se encuentra en el apartado de Potencia Fiscal. Si lo consultas, verás que a continuación aparece la potencia real del coche, expresada en kW.
Aún así, también puedes calcular los caballos fiscales tú mismo, pues la realidad es que la operación es muy sencilla y se utilizan datos que son fáciles de saber.
Para poder calcularlo necesitamos saber la cilindrada del motor y el número de cilindros, de manera que la fórmula sería la siguiente:
Si quieres complicarte más, puedes utilizar esta otra fórmula en la que se utilizan el diámetro de los cilindros y la carrera del pistón:
Decimos que con esta fórmula te complicas más porque es más difícil saber la carrera de pistón y el diámetro del cilindro.
¿Y en los coches eléctricos y de motor rotativo?
Teniendo en cuenta que poco a poco cada vez más personas cuentan con un coche eléctrico, es lógico explicar también cómo se calculan los caballos fiscales en los coches eléctricos.
En este caso, la fórmula es muchísimo más sencilla que en los coches de gasolina o diésel. Lo único que tenemos que conocer es la potencia efectiva del coche. Esta potencia tampoco es la potencia real del coche, está determinada por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y se calcula sumando las potencias máximas de los motores eléctricos del coche durante 30 minutos.
La potencia efectiva no la encontrarás en la ficha técnica del coche si no en la homologación, pero hoy en día es muy fácil encontrar este dato teniendo en cuenta que tenemos fácil acceso a internet.
Una vez tengamos la potencia efectiva del coche, solo tenemos que dividirla entre 5,152. De esta forma tan simple obtendremos los caballos fiscales.
En el caso de los coches con motores rotativos, tenemos que hacer exactamente lo mismo que en los coches eléctricos: dividir la potencia efectiva entre 5,152.
Aunque la potencia fiscal se calcule de la misma manera, tenemos que destacar el hecho de que los coches eléctricos cuentan con reducciones o descuentos en el Impuesto de Circulación ya que tienen un menor impacto medioambiental y los coches con motores rotativos no.